Los caseteros trabajan a destajo en el Real a una semana de la Feria
El recinto cobra vida gracias a las cuadrillas contratadas y los socios de los colectivos Las ganadoras del primer premio en 2005 regresan este año con espectaculares diseños
Actualizado:La imagen que ofrecía ayer el parque González Hontoria a las cinco de la tarde era muy distinta a la que cualquier sábado del año, ya que la actividad frenética de pintores, carpinteros y obreros sustituía a la quietud y soledad habituales.
Falta una semana para la Feria del Caballo, la fiesta de grande en la que la ciudad se convierte en escaparate para los visitantes, y los fieles de esta celebración no podían estar en otro sitio más que en el Real.
Es el caso de Manuel Rodríguez, de la peña La Herradura, que brocha y cubo de pintura en mano, recuerda desde el andamio que «la Feria para nosotros son estos días, con el montaje y los preparativos». En su caso, reconoce que lo que le empuja a dejar todo y dedicarse a su caseta -«incluso he parado estos días mi empresa de construcción», destaca- es «un gusanillo que hace que no nos pese el trabajo».
En este caso, como en muchos otros, el montaje de su caseta lo harán los propios miembros de la peña, en familia, aprovechando las habilidades o profesiones de cada uno. Y ya llevan adelantado el trabajo, por lo que calculan que el martes o miércoles de la semana que viene ya estará todo listo para comenzar a pensar en la decoración y para empezar a traer cocinas, neveras, etc.
Esta peña se gastará en torno a los 5.000 euros en levantar su sitio para «poder tener un lugar de encuentro durante la Feria en el que estar con la familia y los amigos».
Una fiesta para todos es también el montaje de la caseta de la Hermandad del Prendimiento, en la que más de una decena de personas se alterna en el trabajo. Hay hombres, mujeres e incluso niños que enarbolan todo tipo de herramientas y que llevan bastante adelantado el trabajo aunque «hemos empezado hoy mismo», asegura el hermano mayor, Antonio Medrano.
Para ellos los preparativos se han convertido en un día de convivencia, ya que incluso han comido en la caseta para ponerse a trabajar a continuación. Además, destacan que este año están dedicando muchos esfuerzos a la fachada, en la que van a estrenar un nuevo diseño.
También estrenará fachada la caseta de Holcim, que fue de las primeras en comenzar a trabajar y que en Semana Santa ya estaba levantando la impresionante estructura que les ha diseñado José Alfonso Reimóndez Lete y que trata de ser un símbolo de la arquitectura andaluza y comparte elementos de las típicas bodegas, los cortijos y las construcciones en las que prima el color blanco característico de la tierra, con sus azulejos, sus volúmenes, sus persianas antiguas, sus rejas rondeñas y sus geranios. Este gigantesco mecano cuyas piezas empezaron a encajar hace ya semanas tiene todos los visos de poder repetir este año el primer premio de casetas de empresa.
Lo mismo ocurre en el caso de La Montería, que vuelven a contar para esta edición de la Feria con su diseño que se asemeja a una gran casa de montaña y que ganó el primer premio de particulares, y cuya fachada estaba ayer montada pese a que «empezamos a trabajar el viernes», explica uno de los encargados de los trabajos, Marcos García.
«Este diseño fue obra de un decorador, y nosotros lo hemos hecho realidad», explica este trabajador certifica el buen ritmo al que avanzan él y sus compañeros asegurando que «mañana (por hoy) tendremos ya todo el montaje casi listo».
Menos tranquilidad tienen los encargados de los preparativos en el Círculo de Labradores, la caseta que justó el viernes recuperó su sitio tradicional en el Real y que ayer empezó a lavarse la cara para la Feria.
Uno de los trabajadores, Anselmo Padilla, reconocía que «estamos muy agobiados, porque esto ya podía estar adelantado y al final vamos a tener que correr y traer a mucha más gente para estar a tiempo». Muchos esfuerzos que tienen su premio, pero que cuando llegue el día 15 de mayo y se acabe la Feria «se desvanecen en un día, el que tardamos en coger unos alicates y desmontarlo todo».
En Los Cernícalos aún están asimilando su cambio de ubicación -estaban en el que era del Círculo de Labradores- y sólo se alegran de que «aún no habíamos empezado a montar, porque si no...», apuntaba Francisco Benítez. El viernes era el día que tenían previsto para empezar a montar su caseta, pero «decidimos esperarnos porque las negociaciones estaban en el aire». Aún así, creen que el sitio que les ha tocado - y que abandonó La Cantarera- «es mejor, tenemos más sombra y sitio para los coches de caballos».
Cerca de ellos, en Vinolento también trabajan cuatro operarios contratados que ayer «recogimos los materiales, los descargamos y ya estamos montándolos». Según explicaba Raúl Zurera, «lo primero es levantar la fachada y poner paredes; luego separar la zona de la cocina y al final la decoración». Y en pocos días todos disfrutaremos en el Real.