El Celta triunfa en un derbi muy bronco y acaricia la zona de Liga de Campeones

El Celta acaricia ya la clasificación para la Liga de Campeones tras derrotar en un pésimo partido a un Deportivo sin gol que volvió a tropezar en Riazor y ahora ve peligrar incluso la UEFA. Los vigueses triunfaron en un derbi muy bronco, con nulo fútbol y numerosas faltas, y acabaron así con una negativa racha que se prolongaba ya más de una década.

El Celta no ganaba en Riazor desde hace 11 años, pero un gol con la mano de Silva y un segundo a última hora del revulsivo Jesús Perera, que siempre que sale marca, permitieron a los celestes dar un paso importantísimo hacia la Champions. El Deportivo, en cambio, se aleja de Europa después de demostrar una vez más la falta de un delantero centro goleador, aunque tras el descanso ni siquiera tuvo oportunidades ante la eficaz defensa visitante.

A pesar de que en la segunda mitad fracasó y se estrelló contra el muro vigués, no mereció irse al descanso el Deportivo con un gol en contra, ya que buscó más la victoria, llevó todo el peso de la primera parte y tuvo mejores ocasiones. Sin embargo, en una acción a balón parado Silva se aprovechó de un barullo y sorprendió a los coruñeses.

Si en el arranque el Deportivo buscó el fútbol directo sin éxito, no tardaron los vigueses en echarse descaradamente atrás y en trabarse de forma lamentable el choque, con continuas interrupciones que impidieron que hubiera fútbol.

Aunque no hubo tantos parones en la segunda parte, continuaron las entradas y no mejoró el juego del Deportivo. El ritmo, lento hasta la desesperación, beneficiaba al Celta, y el tiempo se fue consumiendo para un Depor sin ideas ni movilidad. El Celta demostró más chispa y rapidez cuando cruzó el medio campo, aunque sus intentos fueron muy escasos. Sólo tras la merecida expulsión de Coloccini, uno de los pocos aciertos del árbitro, pudo sentenciar el Deportivo gracias a un suplente de lujo que le iría de maravilla a un equipo coruñés con un preocupante ausencia de pegada.