Las autoridades de salud de Estados Unidos han puesto en marcha una investigación sobre denuncias de trasplantes realizados con tejido infectado después de que una decena de pacientes aseguró haber contraído virus y gérmenes de esos implantes. La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) ha emitido un alerta a médicos, hospitales y plantas procesadoras sobre la presunta existencia de tejidos infectados.
La denuncia involucra a la empresa Biomedical Tissue Services (BTS), que no habría cumplido las normas establecidas y sus tejidos podrían contener virus como el VIH, de hepatitis B, de hepatitis C y de sífilis. BTS ha rechazado las acusaciones. La denuncia fue planteada por pacientes que han dado positivo en los exámenes para detectar la presencia de microorganismos causantes de esas enfermedades. Hasta ahora se han presentado demandas por el caso de dos hombres, uno en Nebraska y el otro en Ohio.
En Estados Unidos se realizan alrededor de un millón de intervenciones quirúrgicas que involucran el trasplante de tejidos extraídos de cadáveres. Esos trasplantes requieren la aprobación de los familiares del fallecido o la de éste en vida. Las normas de la FDA exigen una revisión exhaustiva de la historia médica del donante, una evaluación física y otras pruebas para confirmar que no existen enfermedades peligrosas en los tejidos.
Alegato a la calma puesto en tela de juicio
La Administración de Alimentos y Fármacos ha señalado que son muy pocas las posibilidades de contraer alguna enfermedad de los tejidos proporcionados por BTS. Sin embargo, los abogados de más de cien personas que aseguraron haber recibido implantes de tejidos proporcionados por esa empresa han puesto en tela de juicio las afirmaciones del organismo regulador del Gobierno de EEUU.
Según una de las denuncias, Steve Fogle se sometió a una operación de fusión espinal en agosto de 2005 y cinco meses después recibió una carta de su médico en la que se le advertía de que era posible que el tejido implantado hubiese estado infectado. Al mismo tiempo, se le aseguraba que el tejido había sido esterilizado y que el riesgo de infección era muy bajo. Dos meses después, las pruebas médicas revelaron que sufría de hepatitis C, según documentados judiciales.
En el caso de Ned Jackson, en Nebraska, los documentos judiciales indicaron que en agosto de 2003 se sometió a una intervención de implante en la parte inferior de su espalda en el Centro Médico Alegent Health Immanuel. Dos años después los exámenes médicos determinaron que había contraído hepatitis B y C, según la demanda.
Arjun Srinivasan, epidemiólogo de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señaló que ese organismo del Gobierno está investigando las denuncias. No obstante adelantó que "será muy difícil determinar con certeza si existe alguna relación entre la infección en el tejido del receptor con la del tejido del donante".