ESTUDIO. Álvaro Urquijo, durante la grabación del nuevo trabajo de la veterana banda. / LA VOZ
ÁLVARO URQUIJO VOZ DE LOS SECRETOS

«Nuestra misión es devolver el valor perdido a una profesión devaluada»

El legendario grupo celebra 26 años de trayectoria con la publicación de nuevo disco de estudio: 'Una y mil veces'

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Álvaro Urquijo ha vuelto a ponerse al frente de Los Secretos con su último disco que los llevará por los escenarios españoles. Será una ronda de teatro en teatro, «íntima», de un grupo de siempre, anclado en un sonido reconocible, «influencia de ése rock americano de los sesenta», y dueño de algunas de las joyas sonoras del pop español.

«No queremos movernos ni em-pezar a estas alturas a seguir determinadas modas», advierten. Por eso sacan doce nuevos temas en Una y mil veces, con la discográfica Dro Atlantic, y porque «vamos a jubilarnos haciendo rock», sin dejar de echar de menos a Enrique Urquijo, cuyo fallecimiento repentino hizo tambalear los cimientos del grupo hace siete años. «¿Quiere un secreto? Él está con nosotros en cada concierto, en cada composición. No me cabe duda», confiesa su hermano.

-Los fans se llevaron una sorpresa hace cuatro años con el último trabajo en estudio de Los Secretos: un disco con orquesta. ¿Ahora estaban deseando volver a lo de siempre?

-En la historia de los grupos tiene que haber un poco de todo, te apetece hacer varias cosas. El concepto de un disco acústico siempre anduvo por nuestra cabeza, funcionó bien e hicimos una gira extensa. Desde entonces, nos hemos tomado tiempo para el nuevo álbum y tenemos todo nuestro bagaje volcado en él. Creo que es uno de nuestros mejores trabajos.

-Una y mil veces suena a un reafirmar su estilo.

-Una y mil veces volveríamos a hacerlo, una y mil veces tocar en directo, una y mil veces con guitarras; una y mil veces, vivir; una y mil veces, soñar. Es un título que quiere decir mucho si se une al nombre de Los Secretos. Significa que hemos estado ahí sin hacer mucho ruido, pero con una constancia y una forma de hacer las cosas muy propia que se ha ganado el respeto de la gente a pulso. Es una especie de declaración de principios: aquí hemos estado y aquí seguiremos.

-¿Era la obra maestra que estaba por llegar?

-Gracias a Dios, nuestras canciones me gustan, han gustado en general y se venden bien. Con eso ya me basta. No busco reinventar nada. La competitividad nunca ha entrado en nuestra música.

Después del éxito

-Sin necesidad de grandes promociones, glamour ni espectacularidad llevan 26 años en esto. ¿El exceso de éxito habría acabado hace tiempo con Los Secretos?

-Nunca lo sabremos. Conozco músicos que después de un éxito muy grande no han sabido asumir una continuidad. Es muy difícil superar un techo que, a lo mejor por la casualidad, o bien por un momento concreto de moda, te lleva a tocar el cielo; y, sobre todo es difícil continuarlo. Nosotros hemos tenido una carrera bastante estable y hemos ofrecido al público una obra medianamente bien hecha. Puede gustar o no, pero está elaborada con conciencia, con el respeto de un género menospreciado, la música, que hoy no está considerado objeto de cultura, sino de entretenimiento y espectáculo.

-Dijeron que las discográficas les trataron como «segundones».

-De las discográficas no puedo hablar mal porque siempre nos han tratado muy bien. Lo que ocurre es que, a la hora de arriesgar su dinero y gastárselo en cantidades grandes, han elegido a otros artistas, tal vez pensando que nosotros no tocaríamos ese techo de las listas de los números uno. Tal vez, si yo hubiera trabajado en una compañía de discos, habría hecho lo mismo. Sí es cierto que no hemos tocado techo por arriba, pero sí a lo ancho: en 26 años, hemos vendido casi dos millones de discos a lo largo del tiempo, no de golpe, lo que nos permite estar orgullosos de una carrera musical bastante digna. Ahora ya nos tratan como de primera fila porque saben que somos un valor seguro.

-A pocos grupos españoles se les respeta una trayectoria tan larga, al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos y Francia, por ejemplo.

-No tendríamos que contestar a cuál es el secreto para permanecer 26 años. La pregunta es por qué no hay más grupos con tantos años de trayectoria si hace tantos años que la música es música. Que conjuntos musicales como Radio Futura y Los Rodríguez, de los que soy gran fan, no hayan continuado habría que preguntarles a ellos por qué se disolvieron y no quisieron seguir. Lo normal en estos casos es que deberían permanecer. La prueba está en que, si coges un listado de todos los grupos legendarios extranjeros, la mayor parte siguen funcionando. Desde AC/DC, pasando por los Rolling Stones y llegando a los Fleetwood Mac. No hay un por qué seguir, sino un por qué no seguir. Los Secretos tenemos una cosa clara: los artífices de una carrera larga no son los músicos, sino la gente que compra los discos y llena los conciertos.

-¿Qué aportan al panorama musical español actual?

-Hemos cuajado un estilo propio. Ya no se pueden decir las influencias que hemos tenido, sino las que ejercemos sobre otros artistas. Reivindicamos la canción como medio de comunicación. Somos un grupo de canciones y nos cuesta grandes esfuerzos terminar una porque no nos parece que sea fácil. Creemos que se han tomado demasiadas facilidades a la hora de hacer mucha música que se consume, por ejemplo, en la televisión. Nuestra misión, si tenemos alguna, es devolver el valor perdido a una profesión digna y que, por razones mercantilistas, se ha devaluado.

-¿Reconocen a sus herederos entre los artistas de hoy?

-Yo creo que sí los hay. El problema es que, mientras no se supere la crisis de la industria y la gente vuelva a consumir música de una manera éticamente más correcta, es decir, hasta que no cesen las descargas incondicionales de internet y se gestione un poco mejor el tema de la piratería, no se podrá ayudar a los que empiezan. Es como un terreno para sembrar que no se está regando. Y, encima, brote que sale, se lo llevan. Es un poco el expolio del arte. Se está robando lo que nadie más va a poder poner si deja de haber dinero para que nuevos grupos salgan.

-¿No creen que esa visión sólo la tienen los que se dedican a esto?

-Hay que ver que el problema de todo esto es la no música, o la música de consumo inmediato, vía internet, vía teléfono móvil... Y que eso no es interesante para el mundo en general como parte de una cultura, como un arte que la música es.

-Hay grupos jóvenes, nuevos, que hacen música tipo de los 80, como El canto del loco, y venden muy bien. ¿Cuál gusta a Los Secretos?

-A mí me gusta casi todo. Soy muy abierto y sé ponerme el chip de lo que estoy escuchando en cada momento. Me gusta todo en su medida. Si El canto del loco vende discos, no es por casualidad. Creo que cualquier grupo debe tener su oportunidad, pero está muy mal la cosa.

-Una revista especializada de música ha calificado 'Déjame' como la tercera mejor canción de los 80. ¿Está al corriente?

-Me parece estupendo.

-Lo digo porque a lo mejor siempre le pareció un tema malo. El gusto del músico no tiene por qué coincidir con el del público.

-Yo no soy objetivo en todo esto. Déjame es una canción tan manoseada ya por nosotros que ya no tiene forma. No la puedo escuchar como oyente, sino sólo como intérprete, y por ello no me produce la misma satisfacción escucharla que al público. Lo que me da ver-dadera satisfacción es ver las ca-ras de los demás cuando la cantamos.