La literatura no pretende «salvar nada, sino expresar una forma de vivir», según Atxaga
El autor participa estos días en el festival PEN World Voices 2006, que reúne hasta el 30 de abril en Nueva York a 134 escritores de 41 países
Actualizado:El escritor vasco Bernardo Atxaga opina que ni la literatura ni la traducción literaria a idiomas de habla masiva, como el inglés y el español, pueden salvar a las lenguas minoritarias de la hoguera de la extinción. "El objetivo de la literatura no es salvar nada, sino expresar una forma de vivir de determinada manera. La cuestión no es salvar una lengua, sino vivir en una lengua determinada", ha declarado Atxaga (Asteasu, Guipúzcoa, 1951).
El autor participa estos días en el festival PEN World Voices 2006, organizado por el PEN American Center, y que reúne hasta el próximo 30 de abril en Nueva York a 134 escritores de 41 países. El autor de Obabakoak (1988), por el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en España, participó en una mesa redonda con autores de idiomas minoritarios, entre éstos el coreano, el hebreo y el serbocroata. Atxaga va contra "esa imagen que vemos en los programas de televisión del escritor que dice luchar por su propia lengua" y se aleja de la visión, cliché y estereotipada, de que los autores de lenguas minoritarias son rara avis. "Muchos vascos quieren que su lengua salga adelante porque no quieren perder algo que ya tienen. Pero el que hace un poema sobre los zapatos es porque le gustan los zapatos, no porque quiera hablar de la palabra zapato".
El escritor ve con buenos ojos que una novela en una lengua minoritaria como la vasca se traduzca al inglés y al español, pero añade que eso no garantiza que el texto vaya a mantenerse vivo o vaya a ser más leído. "¿Qué ocurre entonces con los libros que no se traducen? ¿Acaso no producen emoción, o no existen, o no son leídos?", se pregunta el escritor, para quien "la literatura, en cualquier lengua, existe desde el principio", por lo que "si es buena, llegará". Al preguntársele si historias vascas como las de sus libros se cuentan de manera más efectiva, genuina y sentida en ese idioma, responde que es en la voz, más que en la lengua, donde se inscribe la gran realidad y el interior de una persona. "La gran ventaja de quien escribe desde un lugar o una realidad determinada es la interioridad, es decir, que conoce los detalles de su realidad, lo que la hace una realidad más verdadera. Esto se opone a la visión del turista", añadió.
A su juicio, cuando un autor cae en el cliché es porque es ajeno a la "interioridad" de lo que escribe, una sensación de engaño y falsedad similar a la que produce una película sobre Latinoamérica actuada en inglés. De este modo, más que el dominio global de una lengua como el inglés, Atxaga ve el dominio de "modos de vida". "Como dijo Marx, la cultura dominante es de la clase dominante. El poder económico y político anglosajón va a transformar la forma de vivir de muchas sociedades en el mundo, y la música es el instrumento por excelencia para exportar esa cultura", señaló.
Una consecuencia de la globalización cultural, o del encuentro entre dos culturas, son los idiomas híbridos, como el caso del "spanglish", o la mezcla y alternancia del español y el inglés, en Estados Unidos. Pero Atxaga, que fue nombrado hace un mes miembro de la Academia de la Lengua Vasca, afirma que "no hay tal pureza de la lengua, ya que no se está hablando de joyas o religiones", sino de un ente orgánico y vivo, que es el idioma. "Las lenguas se enriquecen y es un proceso natural que ha sido así desde siempre. La lengua refleja la vida. Yo no veo problema si (estos híbridos) se producen de manera equilibrada y digna. El secreto está en la medida, y para eso estamos en la academia, para ser medidores", apuntó.