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Treinta años de estructuras y puentes en el 'yard' de la Bahía

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El último contrato para el Mar Adriático mantiene en plena vitalidad a una empresa inscrita e identificada con la Bahía desde hace más de treinta años. El desembarco de Dragados Offshore en Puerto Real se produjo en 1975 y su trayectoria ascendente se ha basado en proyectos cada vez más ambiciosos en el campo de las plataformas offshore de petróleo y gas, combinados con iniciativas de diversificación hacia ámbitos como la construcción de puentes.

El crecimiento de esta empresa perteneciente al Grupo ACS queda constatada en la evolución de facturación de los últimos años, en los que ha pasado de facturar entre 70 y 80 millones anuales a alcanzar los 350 millones en el ejercicio de 2004.

Uno de los grandes hitos de su actividad en el yard de Puerto Real ha sido el reciente proyecto Snohvit encargado por la compañía Statoil y que marcó un antes y un después en el negocio de estas construcciones porque la planta de licuación de gas se levantó a miles de kilómetros de la isla noruega de Melkoya. Este desarrollo en un punto remoto a su instalación es para Dragados Offshore una importante llave de futuro porque demuestra la viabilidad de asumir grandes proyectos en Puerto Real pese a destinarse a puntos inhóspitos de la geografía mundial.

Además de esta obra, que generó la cifra récord de 3.000 empleos y una gran participación de la industria auxiliar, también destacan otras como un módulo para la plataforma Scott (1993), los cascos bajos de la semisumergible Snorre B (2000), parte de la plataforma para la empresa mexicana PEMEX, dos estructuras para Chevron Texaco destinados a la Costa Oeste de África (frente a Angola) y la plataforma Buzzard que saldrá el próximo mayo de las instalaciones puertorrealeñas, además del puente de Öresund que une la capital danesa de Copenhague con el sur de Suecia.