Misión de alto riesgo
Actualizado:El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, recibió ayer en el Senado el apoyo del Partido Popular al incremento del número de soldados españoles en Afganistán, pero también desde el partido de Mariano Rajoy se le ha reclamado al Gobierno transparencia y coherencia en la misión. Y, no cabe duda de que la nueva etapa en la que va a entrar la misión desarrollada por nuestras tropas requerirá de todo el consenso político y social posible. El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, ha pronosticado son una claridad sin paliativos que se producirán más bajas en Afganistán a medida que la Alianza se extienda a finales de julio hacia el sur del país, una zona volátil y peligrosa pero en la que la OTAN y las opiniones públicas occidentales deberán mantenerse firmes.
España cuenta ahora con más de 500 soldados, la mayoría en la provincia occidental de Herat, y el aumento solicitado por el Estado Mayor de la Defensa podría suponer un refuerzo de al menos 150 hombres. La Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) va a intentar con este despliegue lograr el control sobre todo el territorio afgano y con la expansión al sur entrarán en vigor nuevas normas de enfrentamiento más contundentes que se aplicarán a todo el territorio afgano.
Es un hecho incontestable que en Afganistán la violencia se ha recrudecido también en zonas más tranquilas del país, como el oeste, donde se concentra la mayor parte del contingente español, y que sucesos como el de la semana pasada, en el que cuatro soldados canadienses perdieron la vida en un ataque, lamentablemente se repetirán. Por ello, el Ejecutivo haría bien en mantener perfectamente informada a la opinión pública española de las nuevas circunstancias en las que se va a desarrollar la misión encomendada a nuestros soldados. Resaltar a estas alturas, como hizo ayer el ministro Alonso, que la naturaleza de la misión en Afganistán «está definida por la resolución noble y reivindicable de las Naciones Unidas» es innecesario.
Todos los ciudadanos saben que nuestros militares están allí en el marco de una operación de reconstrucción y rehabilitación auspiciada por la comunidad internacional; de eso no le cabe la menor duda a nadie. Lo que los españoles necesitan saber es que el Gobierno asume con todas sus consecuencias el reto que se va a afrontar y que, por lo tanto, se activarán sin complejos las medidas y protocolos necesarios para que la integridad de nuestros soldados no se vea comprometida por una falsa o forzada percepción de la realidad afgana.