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Aparecen más filtraciones de agua en las salas del Reina SoFía

NATIVIDAD PULIDO/MADRID
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Dicen que nunca llueve a gusto de todos, pero nunca un di-cho popular ha tomado un significado tan literal como en esta ocasión. Parece que no hay espacio del nuevo Reina Sofía, diseñado por Jean Nouvel, que sea impermeable. Más que repeler el agua parece que lo atrae. Por una u otra razón (y las hay de todo tipo: mangueras abiertas, granizadas y condensación), el agua acaba calando en la mayoría de las recién estrenadas salas.

Una primera alarma saltó en verano de 2005 cuando, en plena sequía, unas inesperadas go-teras hacían acto de presencia en una de las salas de exposiciones temporales. Concretamente, en la que acogía una gran antológica de Juan Gris. El pasado sábado diluvió (y granizó) sobre Madrid. Una manta de agua cayó sobre la espectacular cubierta volada de composite rojo del nuevo museo, que cuenta con unas aberturas por donde pasa el sol... pero también el agua. Y fue tanta que acabó filtrándose en los nuevos almacenes del museo.

Defectos

La directora del museo, Ana Martínez de Aguilar, en su comparecencia ante la Comisión de Cultura del Congreso el pasado mes de marzo, desveló la existencia de «ciertas deficiencias constructivas en el diseño y ejecución de la cubierta y en el sistema de evacuación de aguas» y confirmó que ha habido que revisar todas las cubiertas de la ampliación, además de hacer una inspección integral del resto de las instalaciones «para paliar los defectos». Y, en efecto, haberlos, haylos.

Pero es que los problemas acuosos del museo no acaban ahí. El martes hubo una nueva, molesta e incómoda filtración de agua. En esta ocasión, en una de las salas de depósitos de libros del Centro de Documentación y Biblioteca, el espacio estrella de la ampliación. El museo reconoce que «en la mañana del martes 25 de abril, en las rondas de vigilancia que de manera regular se realizan en el museo, se detecta que un humectador produce un elevado nivel de humedad en una de las salas de depósitos de libros del Centro de Documentación y Biblioteca, lo que provoca una condensación excesiva en el conducto de climatización.

Al advertirse el hecho, se les comunica a los técnicos del museo y se liberan los espacios de material y se comprueba que no se han producido daños». A pesar de ello, fuentes del museo reconocen que algunas cajas de libros sí se vieron afectadas en cierta medida por el agua. Concretamente, tres libros.