VACÍO. El astillero ha permanecido dos años sin actividad tras la salida de Izar. / GONZALO HÖHR
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Matagorda volverá la próxima semana a la actividad con los cascos de tres quimiqueros

La última construcción salió del astillero de Puerto Real a finales del año 2004 y fue un gasero para Repsol YPF En verano empezará la obra del buque de la Armada

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El Día del Trabajo no podrá ser mejor recibido por Navantia que con la recuperación de la actividad en Puerto Real. El astillero iniciará la próxima semana la construcción de los cascos de los tres quimiqueros contratados a principios de año con la empresa viguesa Factorías Vulcano.

La obra devolverá a la vida al centro puertorrealeño después de dos años de vacío absoluto y proporcionará actividad para los próximos 16 meses (hasta finales de 2006). En total son 740.000 horas de trabajo que permitirán a la plantilla de más de 600 trabajadores regresar a los talleres y al dique, y generarán hasta 1.500 empleos entre la industria auxiliar en los momentos de máxima actividad.

Mercado civil

El acuerdo con el astillero gallego contempla la fabricación de las estructuras de tres barcos, pero la tercera está condicionada por el desenlace del proceso de venta de los centros de Izar, en concreto del de Gijón, porque Factorías Vulcano opta a la adquisición de estas instalaciones y podría derivarles la obra del último casco. En este caso, Navantia recibiría una compensación por la cancelación, pero sólo las dos primeras construcciones habrían permitido salvar la época de subactividad que ha atravesado Matagorda tras la salida de Izar. Además, la relevancia de este contrato con Vulcano es que es el primero en el mercado civil que formaliza la nueva compañía Navantia para la Bahía de Cádiz. La actividad en el sector mercante no sólo es crucial para la empresa pública, creada en marzo de 2005, sino también para las subcontratas gaditanas, que tienen mayor capacidad de participación que en las obras militares.

Este negocio mercante aporta estabilidad industrial a la firma naval porque complementa las contrataciones de la Armada española, sujetas a las partidas de Defensa de los Presupuestos Generales del Estado, y las de otros Gobiernos, como el caso venezolano con las ocho fragatas encargadas, que están condicionadas por el estado de las relaciones exteriores del país.

Precisamente, uno de los trabajos fundamentales que espera el astillero de Puerto Real es la fabricación del Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC) encargado por la Armada española. El barco, denominado Cantabria, tiene un plazo de construcción de 42 meses, por lo que la actividad estaría garantiza hasta el año 2010, siempre que el Gobierno consigne anualmente la inyección económica necesaria para mantener la obra en su ritmo normal.

Contratos con Venezuela

Además, el contrato para hacer las ocho fragatas para el Ejecutivo de Hugo Chávez podría también generar carga industrial tanto para San Fernando como para Puerto Real, donde podrían realizarse las unidades más grandes dirigidas a vigilancia costera, mientras que los buques oceanográficos prevén derivarse a la factoría isleña.

Con estas expectativas, Matagorda abandona una etapa de sequía productiva que arrancó en otoño de 2004, cuando finalizó el tercer y último gasero de un importante encargo de cinco unidades realizado a Izar por las navieras Fernández Tapias, Elcano y Knutsen. Previamente se entregaron el Castillo de Villalba, en octubre de 2003, y el Cádiz Knutsen, en junio de 2004, así como del Iñigo de Tapias y el Bilbao Knutsen, que salieron del astillero de Sestao.