IMPROVISACIÓN. El patio del colegio Laguna de Medina, donde juegan niños de corta edad. / T. SÁNCHEZ
Jerez

El consultorio de Torremelgarejo carece de ordenador y de teléfono

La consulta del médico y la del ATS están en el mismo habitáculo por lo que los los facultativos se turnan para que los pacientes mantengan su intimidad El centro tampoco cuenta con rampa de acceso para minusválidos

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Trece años llevan los vecinos de la pedanía de Torremelgarejo pidiendo que se dote a su consultorio médico de los recursos básicos. No piden mucho, simplemente que el médico tenga un ordenador y un teléfono y que los pacientes disfruten de un mínimo de intimidad.

El usuario tiene dos opciones para acceder al centro: o bien intenta salvar seis escalones o atraviesa0 un sendero de tierra que cuando llueve se pone imposible, además del escalón de veinte centímetros de la puerta. Cuenta la delegada de Alcaldía de Torremelgarejo, Inés Sánchez, que hace unos días una mujer se cayó bajando la empinada escalera con los consiguientes daños. Los que están en la sala de espera suelen ayudar a sus vecinos más mayores o a las mujeres con los carritos de los niños.

Pero es que el interior tampoco deja mucho sitio a la esperanza. La sala de espera es amplia, en comparación al interior de la consulta, es decir, las dos consultas que se apiñan en un solo habitáculo separado por un seudo tabique, sin puerta y sin que llegue hasta el techo. «Los pacientes no tienen intimidad», asegura Inés Sánchez, «el médico y el ATS se turnan para que los pacientes no se vean entre ellos».

Los medios de los que disponen los facultativos no son muy modernos. No disponen de ordenador donde tener los expedientes de los usuarios sino que utilizan las fichas de antaño. Sobre la mesa desnuda no tienen ni siquiera un teléfono para que llamen los pacientes. «Aquí se dan los números con papelitos y a mano, como se hacía antes», explica Sánchez. Así, cualquiera no tiene ningún problema con el programa informático Diraya.

«Necesitamos agrandar el consultorio y hay terreno alrededor para hacerlo», explican los vecinos.

Colegio nuevo

Hace tres meses que las obras del colegio nuevo están paralizadas. Según asegura Sánchez, «como delegada de alcaldía, me he negado a que los niños vayan a clase ahí porque caben entre las barandas y hay una altura de más de dos metros. Hemos pedido que pongan, al menos, una malla de protección». También le falta al nuevo colegio un trozo de la cubierta que aún no ha sido instalado. Actualmente los niños juegan en un patio del que, debido a las obras del centro nuevo, han tenido que quitar las vallas por lo que están desprotegidos.

En el aula del colegio rural La Laguna de Medina comparten juegos alumnos de tres, cuatro y cinco años, cuando deberían estar cada uno en su clase «porque son edades que necesitan distintas atenciones», como explican los profesores. Una vez que se solucione el problema de la baranda, podrán estrenar su colegio el próximo mes de septiembre.