Casi todos los estudios coinciden en que la zona contaminada tiene una superficie de 150.000 kilómetros cuadrados, la mitad de Italia, y afecta a Bielorrusia, Ucrania y Rusia. / ARCHIVO
ANIVERSARIO del desastre

Las víctimas, veinte años después

El 26 de abril de 1986 saltó por los aires la cubierta del cuarto reactor de la central nuclear de Chernóbil

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Las dos explosiones que destruyeron el bloque 4 de la central de Chernóbil, se sucedieron con un intervalo de escasos segundos, poco antes de la una y media de la madrugada. Lo sucedido fue consecuencia de un experimento mal planificado y de una sucesión de fallos y errores fatales que hicieron perder a los ingenieros el control de la reacción en cadena. El derrumbamiento del techo y la pared este de la sala del reactor posibilitaron un escape radiactivo sin precedentes.

Prípiats fue la primera población en recibir el embate de la nube radiactiva. Los responsables de la central nuclear solicitaron, ya en la madrugada del día 26, el desalojo inmediato de la ciudad y los pueblos de la zona, pero la dirección comunista se lo pensó. La orden de evacuación no llegó hasta el mediodía del día 27, cuando lo pobladores de Prípiats llevaban casi 36 horas expuestos a una radiación 40 superior a lo que el cuerpo humano puede soportar. La cúpula soviética intentó ocultar al mundo la tragedia, pero, el día 28, era ya la noticia que abría los diarios de todo el planeta.

Para que no cundiera el pánico, el desfile conmemorativo del 1 de mayo en Kiev, la capital ucraniana, no se suspendió, pese a los altos índices de radiación que se registraban. Eso sí, los jerifaltes comunistas se preocuparon de enviar a sus hijos a lugares seguros, lejos de la capital y de las regiones afectadas.

"El desalojo de Prípiats comenzó a primeras horas de la tarde del día siguiente a la explosión", comenta Oleg Zuikov, que tenía 15 años entonces. A la ciudad llegaron varios trenes de pasajeros y más de un millar de autobuses. En poco más de tres horas, los 50.000 habitantes de Prípiats habían sido evacuados. Algunos, como fue el caso de la familia Zuikov, utilizando coches particulares. En la semana siguiente se culminó la evacuación de todo el territorio circundante a la central nuclear en un radio de 30 kilómetros, la llamada zona de exclusión, cerrada todavía hoy día a cal y canto. En total, fueron desplazadas 116.000 personas, a las que años más tarde se unieron otras 230.000.

Los 'liquidadores'

A partir del 3 de mayo de 1986, en el área de Chernóbil, pueblecito que da nombre a la central atómica y que está situado a 16 kilómetros de ella, sólo podían entrar los empleados del complejo y los "liquidadores", heroicos bomberos, soldados y voluntarios que participaron en las labores de extinción del incendio y sellado del reactor accidentado. "La mayoría no sabíamos que estábamos sacrificando nuestras vidas y nuestra salud", afirma Pável Lukashov, unos de los 650.000 "liquidadores" movilizados.

Tras un titánico esfuerzo y los primeros 31 muertos entre el personal de los equipos de desactivación, las emisiones de material radiactivo a la atmósfera pudieron ser detenidas 10 días después de la explosión. Hasta ese momento, el reactor tuvo tiempo de escupir más de 50 toneladas de isótopos de uranio, plutonio (con una vida media de 24.000 años), cesio-137 (30 años), estroncio-90 (28 años), yodo-131 (8 días) y americio (decenas de miles de años) que contaminaron una superficie de más de 200.000 kilómetros cuadrados en Ucrania, Rusia y, sobre todo, Bielorrusia. Se calcula que la radiactividad liberada equivalió a 500 bombas atómicas como la de Hiroshima.

Lukashov es unos de los 35.000 "liquidadores" considerados oficialmente discapacitados aunque el número real, según Viacheslav Grishin, presidente de la Unión Chernóbil, sobrepasa los 100.000. Lukashov asegura padecer alteraciones metabólicas y su sistema inmunológico, sostiene, "apenas resiste un simple resfriado". Su hija Ania de 17 años nació con una mano deformada y tres riñones, dos en el lado izquierdo y uno atrofiado en el lado derecho. Su otro hijo Maxim, de 8 años, también sufre problemas inmunológicos congénitos.

El antiguo "liquidador" vive en la ciudad bielorrusa de Gomel, y es vicepresidente de una asociación local de inválidos de Chernóbil. Lukashov estaba haciendo la mili cuando fue destinado cuatro meses a Chernóbil, para ayudar en los trabajos de descontaminación de la zona. "Con frecuencia, me enviaban al reactor dañado sin ropa especial", recuerda Pável.

Secuelas del accidente

Además de los cánceres, al accidente de Chernóbil se le achacan muchas otras enfermedades como insuficiencia del sistema inmunológico, afecciones coronarias, respiratorias, renales y hepáticas así como también malformaciones cromosómicas. Algunos especialistas, sin embargo, consideran que la aparición de tales cuadros clínicos no fue consecuencia de la radiación, son más bien de naturaleza somática.

Por ejemplo, muchos "liquidadores" presentan lesiones de la corteza cerebral, desencadenantes de numerosas neuropatías y de un envejecimiento prematuro del organismo. Ese problema suele provocar a su vez psicopatías que, en algunos casos, acaban en suicidio. Lo que nadie sabe aún con certeza es si los traumatismos de la corteza cerebral fueron consecuencia de la radiación o del brutal stress al que estuvieron sometidos quienes trabajaron en Chernóbil tras el accidente. Según la inmensa mayoría de los expertos la única enfermedad causada directamente por la nube radiactiva es el cáncer en las glándulas tiroides.

Hay menos discrepancias a la hora de determinar el impacto medioambiental de Chernóbil. Casi todos los estudios coinciden en que la zona contaminada tiene una superficie de 150.000 kilómetros cuadrados, la mitad de Italia, y afecta a Bielorrusia, la ex república soviética más castigada, Ucrania y la región rusa de Briansk. En toda esa extensión viven cinco millones de personas y la radiación se encuentra presente en la tierra, el agua y los árboles. No obstante, hay informes, algunos de ellos elaborados en el seno de la AIEA, que sostienen que la contaminación radiactiva perjudicó solamente a los bosques de coníferas que se encuentran en las proximidades.