Piruetas imposibles

El mar como base y el cielo eterno como límite de sus piruetas. Vértices que sirven de espacio para desarrollar el kite surf, una modalidad relativamente novedosa en nuestra ciudad y en la provincia, enmarcada en los llamados deportes de agua. Esta variante del windsurf necesita de una cometa, una tabla, y por supuesto del viento, para que se pueda llevar a la práctica. Lo ideal, que el viento se desplace del mar hacia la tierra, por si se produce algún inconveniente. Su diferencia con el surf más tradicional está en la tabla empleada, que es más fina, y por consiguiente más rápida y veloz. Por cierto, ¿quién ha pasado por las playas de Tarifa y nunca ha visto algún loco portando esa singular tabla? Ésa es la pregunta que se hace Jose María López, propietario de Flipa, una tienda de la capital que suministra todo el material relacionado con esta actividad de forma completa.

A quien le interese este espectacular deporte tiene una cita dentro de dos semanas en la playa de Cortadura, ya que se producirá una congregación de cometas para conmemorar el tercer aniversario de Flipa. Al margen de la más que probable exhibición de los participantes, será un día de fiesta a base de cerveza fría y buena música de ambiente.

«Tarifa es la meca del viento y por lo tanto uno de los escenarios idóneos para el disfrute del kite surf. En cualquier día se pueden ver en sus playas a surfistas aferrados al agua como si de un imán se tratara; es algo espectacular. También en Cortadura se dan lascondiciones idóneas para ello», comenta José María, fiel conocedor y seguidor de la disciplina desde que se conoce en nuestro país, hace ya unos tres años.

Más adeptos

Según José María, en la ciudad practican el kite surf alrededor de unas veinte personas que llevan años ligados, de una forma u otra, al deporte de agua. «La mayoría de los que lo practicamos provenimos del windsurf. El kite surf supone una innovadora forma de hacer piruetas en el mar. Quién lo realiza sabe lo que es ver la Catedral al revés, por poner un ejemplo; es algo impresionante».

Esta modalidad autónoma nació en los Estados Unidos, hace unos cuatro o cinco años. A nivel local se va asentando paulatinamente entre todo tipo de público. «Se puede practicar a cualquier edad. También lo puede experimentar todo aquél que nunca haya montado en una tabla de cualquier estilo. Es más, me parece que es más sencillo que el surf de toda la vida. En unos dos días se le puede coger el rollo», explica el propietario de la tienda Flipa, un comercio situado en la playa de Cortadura y que este verano cumple tres temporadas de vida.

Un comercio especial

El lugar donde está Flipa es a las puertas de Cortadura, justo en frente de la playa, muy cerca de la Residencia de Cortadura. Su nombre hace referencia a la sensación que uno tiene cuando comienza a experimentar piruetas de todo tipo. José María, gaditano de nacimiento, se fijó en el local para montar este negocio peculiar. «Vi el local y me dí cuenta que estaba en un sitio perfecto. Llevo toda la vida en esta zona de playa y nunca imaginé que podía llegar a tener esto. El trabajo y el esfuerzo que hemos realizado ha tenido sus frutos».

En el establecimiento se pueden encontrar todos los productos relacionados con los deportes de agua. Tanto la venta del material adecuado para su utilización, como la posibilidad de alquilar alguno de ellos durante el día o por horas. «Con esa intención se hizo. Un equipo completo de kite surf vale unos 1000 euros, por eso existe el alquiler para quien quiera probarlo lo pueda hacer», señala este propietario con alma emprendedora. También se dan clases para iniciarse en esta disciplina. «Tengo una pareja que se dedica a enseñar el kite surf todos los días. Es interesante también», indica.