Sergio Ramos salva 'in extremis' un nuevo descalabro del Real Madrid
El Málaga se adelantó en el marcador, pero concedió un sinfín de ocasiones a los blancos, que se aferran a la lucha por la segunda plaza del campeonato
Actualizado:Un postrero gol en plancha de Sergio Ramos permitió al Real Madrid seguir enganchando a la lucha por la segunda plaza y derrotar a un Málaga, virtualmente descendido, que pagó su conservadurismo. De paso, el postrero triunfo permitió a Fernando Martín respirar hondo, a tres días de una junta directiva en el que sus colegas pueden obligarle a convocar elecciones.
En el minuto 89, los madridistas parecían abocados a, como mal menor, jugar en verano una eliminatoria previa de la Liga de Campeones. Los más pesimistas incluso se temían que, con el Celta al acecho, peligrara hasta la cuarta plaza. Pero, de pronto, emergió la testa de Ramos para lograr un valioso tanto, muy festejado, que deja a su equipo a dos puntos del Valencia y con uno de ventaja sobre Osasuna, al que visita el próximo fin de semana.
Depresión
Fue un choque entre dos equipos deprimidos y poco mentalizados para luchar por unos objetivos que no se habían marcado. Los malacitanos no tenían la presión de los puntos, ya que virtualmente están descendidos, pero no tienen la fe, ni la capacidad para mantener un resultado e incluso sentenciar en algún contragolpe. Lo pudo hacer Edgar, cerca del final, pero erró una ocasión pintiparada. Tampoco hubiera sido justo, ya que el Madrid , pese a jugar mal y desganado, dispuso de un sinfín de ocasiones.
Pudo haber cambiado el desenlace del choque si Iturralde no hubiese anulado un gol a Raúl por fuera de juego. Poco después, Antonio López halló una autopista por la banda izquierda y Bovio aprovechó un mal rechace.
Las prestaciones locales mejoraron cuando Zidane, que el miércoles anunciará seguramente su retirada, salió al terreno de juego, a falta de media hora.
A la reacción madrileña también contribuyó Manolo Hierro, ya que pecó de conformista al retirar a Couñago y apostar por Litos. Nada más entrar, éste hizo un penalti sobre Raúl que el francés no perdonó. Y al borde del final, otro despiste permitió a Ramos mantener estable, dentro de la gravedad, al Real Madrid.