UNIÓN. Los jugadores del Deportivo celebran un gol.
Cádiz C.F.

Entre el éxito y el fracaso

El Deportivo revitalizó esta temporada una plantilla con calidad pero que se había estancado en los últimos años; ahora, a cinco jornadas del final de Liga debe apretar para meterse en competición europea

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El Deportivo es un equipo en transición. La llegada de Joaquín Caparrós, un hombre hecho en el fútbol, por y para el fútbol, consiguió tapar en buena medida el vacío dejado por Jabo Irureta, pero la ausencia de fichajes de campanillas para esta temporada -se unieron hombres como Juanma, De Guzmán, Taborda, Momo o Rubén-, y el envejecimiento de una plantilla desgastada han dificultado en demasía la labor del sevillano para mantener al equipo gallego en puestos europeos -su hábitat natural en la última década-. Además, durante toda la temporada se han visto azotados por las lesiones, teniendo que apelar a su manual para mantener al grupo en tensión: profesionalidad, compromiso, disciplina y psicología. Caparrós ha sido capaz de fusionar su caracter ganador con el talento de la plantilla para colocar al Deportivo en disposición de luchar en estas últimas jornadas por una plaza en la UEFA. Eso sí, en el límite entre el éxito y el fracaso.

LA PORTERÍA

Plenos poderes para un veterano como Molina

A sus 35 años Molina vuelve a ser el referente en la portería del Deportivo. Un incidente público con Irureta estuvo a punto de provocar su salida del equipo la pasada temporada. Perdió la titularidad en favor de Munúa, pero el uruguayo no aprovechó su oportunidad. Con Caparrós, todo ha cambiado, incluso ha pedido que le renueven. Molina se siente titular y se nota en su rendimiento. Sobrio bajo palos, pero inseguro en las salidas.

LA DEFENSA

Centrales con gol y rápidos laterales

Las variantes que ofrece la plantilla blanquiazul en defensa son muchas y todas bastante aceptables. En el lateral derecho Manuel Pablo es fijo. Su velocidad le permite proyectarse ofensivamente y ser bastante preciso al corte; en la izquierda están Capdevila y Romero, aunque este último ya no rinde como antaño y es utilizado cada vez más como central o de interior. El catalán también tiene una clara vocación ofensiva, buen disparo desde lejos y un preciso remate de cabeza en las jugadas a balón parado. Esa misma característica es una de las principales armas que presentan los centrales. Con Andrade y César lesionados, Coloccini y Juanma se han consolidado en el once, aunque Caparrós ha apostado a veces por Héctor para dotar de mayor velocidad a la zaga.

EL MEDIO CAMPO

Duscher, clave en la filosofía de Caparrós

Morder, morder y morder. El centro del campo es la zona donde el engranaje de Caparrós encuentra su razón de ser. El técnico sevillano ha encontrado en Duscher esa pieza clave que aporta carácter y espíritu competitivo a sus compañeros. Como escudero, y ante la ausencia por sanción de Sergio, tendrá a De Guzmán, cuya velocidad y capacidad de sacrificio sirven para enlazar a veces con la zona de ataque; por las bandas, el peso del equipo suele inclinarse hacia la izquierda, pero ante la importante pérdida de Munitis, Víctor deberá tomar mayor protagonismo por la derecha. Su fútbol directo mediante numerosas diagonales y su buen golpeo de balón le convierten en una pieza importante a seguir.

LA DELANTERA

Muchas rotaciones, todas sin gol

Caparrós tiene muchos efectivos en la delantera, pero ninguno termina de convencerle plenamente. Tristán acusa su indolencia y Rubén su irregularidad. Ante ello, el sevillano ha echado mano de la cantera, con hombres como Xisco, Iago o Senel. Además está Arizmendi, su principal baza para los partidos que disputa como visitante, debido a su velocidad y a su gran capacidad de desmarque.