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RIVALIDAD. Palop, con el balón, en presencia de Asamoah. / AP
COPA DE LA UEFA

El Sánchez Pizjuán dictará sentencia

El Sevilla se acerca a la final de la Copa de la UEFA tras lograr empatar sin goles La enorme actuación del guardameta Andrés Palop fue clave en el resultado

COLPISA/ALEMANIA
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El Sevilla acaricia el sueño de disputar el próximo 10 de mayo en Eindhoven la primera final europea de su centenaria historia tras lograr un valioso, aunque siempre engañoso, empate sin goles en feudo del correoso Schalke 04. En un partido sin gran historia, típico de ida y con excesivo respeto mutuo, los de Juande padecieron sólo en la segunda mitad, donde les salvó Palop. Quizá sufran más en el Sánchez Pizjuán, ya que los teutones tienen toda la pinta de crecerse al contraataque.

Juande apostó por Puerta en vez de Adriano, para la banda izquierda, y, al final, se decantó por el italiano Maresca en lugar de Renato en el eje del centro del campo. El brasileño, empero tuvo que entrar a la media hora ya que Kanoute se retiró con molestias musculares.

Aunque jugó en plan conservador, el Sevilla apenas sufrió para defender su portería en una primera mitad anodina, con más respeto que fútbol por ambas partes y más músculo que toque. Los teutones dominaron más, por aquello de jugar en casa, pero se les ve que les gusta más contragolpear que atacar y que no se sienten felices con el balón en su poder.

Un seguro

La única aproximación seria de los fornidos alemanes en la primera mitad fue un tempranero disparo de Asamoah, tremendo extremo diestro de origen africano, que desvió Palop, un artista también a la hora de frenar los partidos y demorarse en el saque puerta. El Sevilla no hizo mucho más, ni tampoco menos. Navas, peligroso siempre que recibió en el contragolpe, inquietó a Rost en un par de lanzamientos.

Hubo incertidumbre hasta el final, sobre todo porque Lincoln erró un par de oportunidades pintiparadas Y otras dos después, salvadas in extremis por Palop.