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El novelista Sergio Pitol pasea junto al Rey después de recibir el premio Cervantes 2005 . / AFP
en alcalá de henares

El escritor mexicano Sergio Pitol recibe el Premio Cervantes de manos del Rey

El galardonado dividió en tres partes su discurso, una dedicada a su infancia, otra a los que fueron sus maestros y la tercera a libertad en El Quijote

EFE | MADRID
Actualizado:

El Rey ha entregado hoy al escritor mexicano Sergio Pitol el Premio Cervantes 2005, en un acto solemne celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, donde ha declarado que el galardonado "nos seduce con la verdad" que existe en su obra, "originalísima, cosmopolita y de gran agilidad narrativa".

El acto de entrega del Premio Cervantes, el galardón más importante de las letras hispanas y que concede el Ministerio de Cultura, está dotado con 90.180 euros, se suele entregar todos los años el 23 de abril, día de la muerte de Cervantes, pero este año al caer esta fecha en fiesta, se entregó hoy, viernes, en una jornada en la que se dieron cita el mundo de la cultura, la política y la sociedad.

Así, además del Rey y la Reina, acudieron al Paraninfo de la Universidad alcalaína, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la ministra de Cultura, Carmen Calvo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el director general del Libro, Rogelio Blanco; el director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha; la ministra de Cultura de México, Sari Bermudez; el embajador de México en España, Gabriel Jiménez Ramos, y el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina.

Invitados del mundo de la cultura, las letras y la política

También quisieron estar presentes en este acto de fiesta para las letras hispanas, los escritores mexicanos, Margo Glantz, Sealtiel Alatriste, Juan Villoro, y el argentino Rodrigo Fresán, además del escritor catalán Enrique Vila-Matas -valedor de la obra de Pitol en España-, Jose María Guelbenzu, Cristina Fernández Cubas, Mercedes Monmany.

Entre los invitados también se encontraban la escritora y directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, la ex ministra de Cultura Carmen Alborch, el editor Jorge Herralde, y la directora de la Residencia de Estudiantes, Alicia Gómez Navarro, y la hasta ayer directora de la Casa de América, Asunción Ansorena. Además, todas las autoridades locales y universitarias alcalaíanas, entre ellas el rector de la Universidad de Alcalá, Virgilio Zapatero.

Pitol, muy elegante, dividió su discurso en tres partes

Sergio Pitol, que llegó a las 11 de la mañana al Paraninfo donde se celebró la ceremonia de entrega a las 12, apareció muy elegante vestido de chaqué negro, con chaleco también negro y corbata gris, y con sus gafas caladas a la nariz para no perderlas, porque una de las características de este escritor especial y considerado de culto, es perder constantemente las gafas.

Pitol, tras recoger el premio, de manos del Rey, consistente en una medalla acreditativa y un trofeo realizado para la ocasión, emocionado se subió a la cátedra del Paraninfo para leer su discurso de agradecimiento, que estuvo dividido en tres partes, uno dedicado a su infancia, otro a los que fueron sus maestros, entre ellos los escritores españoles que se exiliaron en México, y la tercera dedicada a libertad en El Quijote.

Con voz suave y pausada, que de vez en cuando se atascaba en alguna palabra, el autor de obras como "El vals de Mefisto", "El arte de la Fuga", o "Tríptico de carnaval", recordó su infancia, que estuvo marcada por la muerte de sus padres y de su hermana, por su enfermedad, la malaria, y por la lectura -"que me salvó la vida"-dijo. Gogol, Chejov, Dostoievski, Balzac, Proust, Faulkner, Kafka, Borges, Neruda son algunos de los escritores que ayudaron a crecer y mitigar la soledad de este escritor, que luego se hizo diplomático, viajero, y traductor de los mejores escritores europeos.

Palabras para sus maestros y para los exiliados

Pero también tuvo palabras para tres de sus maestros, Manuel Martínez de Pedroso, Alfonso Reyes y Aurelio Garzón del Camino, y para los exiliados españoles: María Zambrano, Luis Cernuda, Emilio Prados, y Manuel Altolaguirre, entre tantos otros. Unas palabras que fueron muy seguidas por el presidente del Gobierno, que asentía con la cabeza, al igual que su esposa, Sonsoles Espinosa, vestida con un pantalón azul marino y un jersey y chaqueta de rayas y cuadros, estilo Chanel, muy de últimas tendencias.

Calvo destaca la literatura poliédrica de Pitol

Tras las palabras de Pitol, intervino la ministra de Cultura, quien en su discurso reflejaba bien el conocimiento que tenía del escritor, algo que luego volvió a corroborar a los periodistas tras la ceremonia: "Me gusta mucho Pitol, es muy completo, él dice que su vida y obra están muy unidas, pero yo creo que su literatura está muy vivida. El está más en la vida que en la literatura".

Calvo también recordó que al presidente del Gobierno le gustaba también Pitol y es un político que "lee mucho, nunca deja de sorprendernos, está al día y lee poesía, entre cuyos autores tiene grandes amigos". En su discurso la ministra destacó su trabajo de memorialista, ensayista y traductor. "Su literatura es poliédrica, anticipadora y libre, provista de gran intensidad", dijo.

Tras las palabras del Rey se escuchó el "Gaudeamus Igitur"

El Rey cerró el acto con una intervención en la que agradeció a Pitol su "generosidad" por una obra que es un "extraordinario y valioso legado de imaginación, memoria, reflexión y generosidad". "En este día se afianzan aún más, si caben, los lazos que unen a los pueblos y culturas de raíz hispana de ambos lados del Atlántico, concluyó. Tras estas palabras y después de escuchar el "Gaudeamus Igitur", el monarca levantó la sesión y los invitados salieron al patio Central de la Universidad para hacerse una foto con el flamante premio Cervantes y la familia.