Hay que mejorar
Actualizado: GuardarTerminó la Semana Santa el pasado Domingo de Resurrección cerrándose con el esplendor que requiere y con una procesión de Gloria como hace años no veíamos. Después de un Viernes Santo, triste y desangelado por la inoportuna lluvia, amaneció un día espléndido y pudimos asistir a una excelente clausura de nuestra Semana Mayor.
Los desfiles procesionales me han sorprendido por su sobriedad, elegancia y buen gusto en todas las hermandades, pero siguen existiendo puntos negros que son necesarios desterrar. Observo con pena lo poco que se respeta, por parte del numerosísimo público que asiste a estas manifestaciones de la Pasión, la presencia de los pasos. Da igual que se encuentren delante de nosotros, se sigue hablando en voz alta, los niños corretean de acá para allá sin control y se siguen comiendo pipas o riendo las gracias que haya dicho el ocurrente de turno. Cuando en ocasiones he asistido a otras poblaciones, la sola aparición de los titulares de las cofradías, hace que el publico guarde un respetuoso silencio y una compostura propias del momento. Cada uno es libre de asistir o no a los desfiles procesionales, pero lo que sería deseable es que si se asiste, se les guarde el debido respeto.
Pero «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra». Hemos vivido también unos bochornosos enfrentamientos, dialécticos y de hechos, el pasado Martes Santo en la presidencia del Palillero entre varios representantes de las cofradías y el delegado episcopal. No es de recibo que se produzcan estas acciones y menos durante el desarrollo de los desfiles procesionales. Hay que guardar la debida compostura y, como personas civilizadas, dirimir las diferencias de otra manera, nunca con malas formas ni en público como por desgracia hemos podido presenciar ya en diferentes ocasiones. Como se le va a pedir respeto al público si los máximos responsables de esta manifestación nos dan este ejemplo.
De la plaza del Palillero, mejor no hablar, la modificación realizada no ha conseguido el resultado apetecido, el discurrir de los cortejos por las tribunas es mucho peor ahora que antes. Se deben tomar las medidas oportunas para corregirlo y ahora que hay tiempo debe estudiarse detenidamente y rectificar lo que se ha hecho mal, todos saldremos beneficiados.
Es innegable el auge que tiene actualmente nuestra Semana Santa, pero hemos de mejorar aún en muchos aspectos. Queda un año por delante para conseguirlo y con la buena voluntad de todos, seguro que lo lograremos ¿o no?