El coste de la vida sana
El alto precio de frutas, verduras y hortalizas dificulta su consumo diario a pesar de las recomendaciones médicas
Actualizado:No hay médico que se precie que no recomiende comer frutas, verduras y hortalizas varias veces a la semana. «Es básico para mantener el cuerpo y la mente sana. Una dieta equilibrada debe contener una buena cantidad de productos frescos», dicen preocupados, con razón, con los indicadores cada vez más elevados de obesidad y enfermedades derivadas de la comida basura o alta en grasas de las menos saludables en la mano.
El gran problema estriba en que a estas alturas de la evolución humana es más barato atiborrarse a pastelitos o hamburguesas que a manzanas o judías verdes. Al ritmo que se incrementan los precios de los productos del campo, la Seguridad Social tendrá que incluirlos en la lista de medicamentos subvencionados. No es una idea ni tan pasajera ni exagerada como se podría pensar. Varias personas, amas de casa en su mayoría, consultadas ayer mientras hacían sus compras diarias en el Mercado Central de San Fernando apuntaron hacia propuestas similares al pedirles una valoración sobre el precio actual de frutas y verduras.
«Hace veinte años, era una costumbre el tomar de postre una pieza de fruta, ya fuera una naranja, una pera o un plátano, pero hoy en día se ha perdido esa costumbre. Primero, porque la gente se ha dejado engatusar por las cosas que venden en la tele y, segundo, porque es más barato comprar yogures que frutas», afirma didácticamente María Luisa, mientras observa el 1,85 euros/kilo que lucen los tomates.
La subida del precio de estos alimentos de primera necesidad no suele beneficiar a los vendedores minoritarios y detallistas. Todo lo contrario, el encarecimiento provoca una menor venta de unos productos que ellos también compran más caros. «Con estos precios a veces se te quitan las ganas de comprar porque sabes que luego te van a culpar a ti. Pero todo esto va relacionado con la oferta y la demanda. Cuando hay muchas patatas en los mercados están más baratas, cuando hay pocas están más caras», indica un detallista.
Actualmente, debe haber poco de casi todo, porque casi todo ha subido en los últimos meses y nada parece indicar que esta situación alcista vaya a detenerse. Habrá que acostumbrarse a que cada vez las cestas de la compra pesen menos y las carteras estén más vacías.