LUGARES MARCADOS

'April is the cruellest month'

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Hace dos semanas titulaba yo mi primer artículo para este diario con la misma frase, pero en castellano, atribuyéndola a Luis Cernuda: Abril es el mes más cruel. Como resulta que no es suya, sino de T. S. Eliot, y que errar es de humanos pero rectificar es de sabios, corrijo mi aseveración desde esta misma columna. Al parecer, el poeta sevillano no hizo sino traducirla y citarla.

Ahora bien, esta metedura de pata me lleva a plantear un tema que es peliagudo para los escritores, aunque quizás al resto de la sociedad pueda traerle al pairo, o poco menos. Me refiero a la propiedad intelectual, no tanto en el sentido dinerario y mercantil de la expresión como en el sentido «moral».

¿A quién pertenecen un poema, un verso, una frase, una vez que han sido publicados? Yo siempre he abogado por la obra de arte (ahí se encuadrarían la literatura y la poesía) como objeto útil y reutilizable. No me atrevo con lo de la poesía es un arma cargada de futuro de Celaya, pero sí diría que el poema tiene mucho de «herramienta». Debería estar al servicio de quien lo lee, para su provecho y su disfrute. Para que el lector lo repita, lo varíe, lo musique, lo cante, lo rasgue o lo parafrasee. A su gusto. No es obligado (aunque siempre es de agradecer) que se aprenda el nombre del creador, ni que vaya notificándolo por doquier. A nadie se le ocurre decir: «Mira qué armario me he comprado, lo ha fabricado Fulanito», a menos que alguien le pregunte o que Fulanito sea su cuñado, un suponer.

Un ejemplo un poco traído por los pelos. Pongamos que hemos adquirido una buena guitarra, que hemos aprendido a rasguearla con habilidad y talento. Cuando toquemos la susodicha sonanta (¿bella palabra, por cierto!), ¿en qué pensará nuestro auditorio? ¿En el nombre del lutier que la fabricara? ¿O, más bien, se dejará cautivar por su sonido, por la melodía elegida y por la perfección de nuestra interpretación? Pues así, creo yo, el poema. Joan Manuel Serrat ha cantado muchos versos importantes de nuestra poesía: versos de Machado, de Benedetti, de Miguel Hernández... Para la libertad, sangro, lucho, pervivo, dice uno de esos poemas vueltos canción. El que la letra sea de Miguel Hernández y la música de Serrat es, quizá, lo de menos. Esta canción es, amigo lector, tan suya, tan mía, como de ellos.

Fíjense por dónde, emplear un verso errado me ha servido, finalmente, para hacer un sincero alegato a favor de la poesía de todos. Pero será mejor que no se entere la Sociedad General de Autores; háganme el favor de guardarme el secreto