LA MADRE. Esperanza se ha convertido en la hembra más prometedora del programa. / M. VÁZQUEZ
Sociedad

Nacen otros dos linces en Doñana dentro del programa de cría en cautividad

Los cachorros, el tercero y cuarto de esta temporada, y son resultado del primer cruce que se realiza entre felinos de distinta procedencia geográfica

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El programa de cría en cautividad del lince ibérico saludó ayer la llegada de dos nuevos recién nacidos. Se trata de la tercera camada alumbrada en las últimas tres semanas, aunque una de ellas se malogró y dos cachorros no lograron sobrevivir. Los linces nacidos esta pasada madrugada son pues el tercero y el cuarto de esta temporada, y son fruto del primer cruce entre dos ejemplares procedentes de las dos grandes poblaciones linceras de España, Sierra Morena y Doñana.

La madre, Esperanza, y los dos pequeños se encuentran «en perfectas condiciones» y se alimentan «con normalidad» según fuentes del centro de cría de El Acebuche (Huelva), enclavado en el Parque Nacional de Doñana.

Una cámara robotizada controla las 24 horas la paridera donde permanecen la hembra y sus dos crías, de las que aún se desconoce el sexo. Los técnicos del plan de cría en cautividad no penetrarán en el recinto hasta dentro de unos días, salvo que se produjera algún incidente o anomalía en la crianza de los recién nacidos. Se trata -explican- de interferir lo menos posible en el proceso y reproducir con la mayor fiabilidad los nacimientos de linces en plena naturaleza.

El parto de Esperanza se esperaba desde el jueves pasado, cuando el animal se recluyó en la paridera al terminar su período de gestación, y es el tercero de esta temporada. El pasado 23 de marzo nacieron dos hembras, bautizadas ya como Castañuela y Camarina. Ambas son hijas de Saliega, la hembra que hace un año estrenó el programa de cría en cautividad con el nacimiento de tres cachorros, Brisa, Brezo y Brecina, aunque esta última murió en una pelea entre los hermanos. Hace una semana otra hembra, Aliaga, dio a luz pero las dos crías no sobrevivieron.

Cruce singular

Además de sumar dos nuevos linces al proyecto, las nuevas crías ofrecen una singularidad. Es el primer fruto de un cruce inducido entre animales procedentes de los dos grandes núcleos linceros de la península, ambos sin conexión geográfica entre sí.

El padre, Jub, procede de Sierra Morena, donde se calcula están concentrados cerca del 70% de los linces ibéricos que quedan en España, entre 150 y 200. A Esperanza la localizaron perdida en Doñana siendo apenas una cachorrita.

El cruce de sus genes abre posibilidades muy interesantes para el equipo que lidera desde 2004 la veterinaria Astrid Vargas. Apuntalaría la variabilidad genética necesaria para evitar una consanguinidad excesiva entre los ejemplares criados en El Acebuche, y de cara a la posterior repoblación de nuevas zonas linceras con los gatos nacidos en cautividad.

El programa de reproducción ex-situ del lince ibérico preve liberar varias decenas de animales en 2010 como fecha tope, según las directrices del programa Life de la UE, que aporta el grueso de los fondos presupuestarios del plan de cría, que gestionan al alimón el Ministerio de Medio Ambiente y la Consejería homóloga de la Junta de Andalucía. En los próximos meses se habilitará un segundo centro, La Aliseda, en Jaén.