Rock de consola
Un mando especial y el juego de PlayStation 'Guitar Hero' convierten al más negado en una estrella de la música
Actualizado:Quién no ha tocado alguna vez en su guitarra imaginaria el riff de Smoke on the Water? Chan-chan-chan, chan-chan-cha-chaaan, chan-chan-chan, chan-chaaan... Pues deja de hacer el ridículo y, como dice la página oficial de este juego, dale un beso de despedida a tu guitarra de aire, porque llega a España Guitar hero. Con sólo un poco de práctica, te transformarás, de negación musical con un oído enfrente del otro, en la leyenda de las seis cuerdas de tu barrio. Pon el ampli en stand by y vete conectando la guitarra... a tu PlayStation 2.
El desarrollo del juego es más simple de lo que parece, aunque explicarlo en frío, sin que se vea es, nunca mejor dicho, otro cantar. En esencia, sería un karaoke, en el que los micrófonos se sustituyen por una guitarra, con la ventaja de que, si en el modelo tradicional hay que -cuando menos- entonar un poquito, en éste no es necesario distinguir un sol sostenido de un día nublado... Si tocamos correctamente, la guitarra suena; de lo contrario, permanece en silencio, y sólo se oye al resto de la banda.
Pero nunca desafinaremos ni tocaremos a destiempo, como sucede en esas sesiones de cante que convierten el salón doméstico en una celda de Abú Ghraib.
Lo primero que hay que hacer para jugar con Guitar hero es enchufar en la consola la guitarra-mando, que tiene forma -bajo licencia- de Gibson SG. A continuación se elige el tema, de entre varias listas de dificultad creciente, y el nivel (novato, medio, difícil y experto). Y al lío. Vemos un escenario, un grupo de rock, público, luces, mogollón. En primer término, una cinta móvil transporta círculos de colores. Es nuestro turno. Cada vez que un círculo llega a nuestra altura hay que tocar: hay que hacerlo a tiempo, con la duración correcta y el botón que tendremos que pulsar será el del color del círculo móvil. De todo ello depende nuestra puntuación.
Guitarra-mando
Para comprender mejor el mecanismo, examinemos la guitarra-mando. En la parte alta del mástil (mano izquierda para los diestros), cuenta con cinco teclas de colores. En el centro del cuerpo está la clavija que hace sonar la guitarra, y que puede tocarse de arriba a abajo o de abajo a arriba. Una palanca de trémolo nos permite adornar las notas de larga duración y los botones de volumen y tono nos servirán para seleccionar opciones dentro del programa.
Al ver la nota que viene a continuación pulsamos la tecla del color que corresponda, y llegado el momento preciso tocaremos la clavija manteniendo la duración requerida. En el nivel fácil sólo se tocan las tres primeras teclas y se prescinde de las notas más rápidas. En el experto hay, incluso, que tocar varias teclas a la vez.
A primera vista, el repertorio es corto. Son 30 canciones de todas las épocas, aunque todas muy rockeras y potentes. Ozzy Osbourne, David Bowie, Deep Purple, Ramones, Red Hot Chilli Peppers, Queen, ZZ Top o Judas Priest son algunos de los artistas representados.
Esta lista, que pronto se verá incrementada, da, sin embargo para mucho. En primer lugar, se puede ir variando la dificultad. En segundo, se puede tocar a dos guitarras (con otro mando, desde luego).
Pero es que además existe un original modo carrera, en el que elegiremos a un personaje para llevarlo desde el garaje de su primo al estadio de los Yankees. La guitarra va incluida en el estuche. Las birras y las pibas (o lo pibes) los pones tú.