Fin al descanso por expulsión

La Delegación de Educación ha puesto fin a las expulsiones, como medida correctora, en las que el alumno no tenía que realizar tareas. En el supuesto de que se expulse a un alumno, una medida que cada vez se emplea menos, se le controla como si siguiese en clase. Desde el ente público ponen el acento en que dejar a su suerte a un menor es, en lo referente al sistema educativo, un delito, ya que por ley deben estar escolarizados hasta los 18 años.

En caso de que los estudiantes incurran en faltas graves, el Decreto 85/1999 contempla cuatro medidas correctoras. La primera consiste en la realización de tareas fuera del horario lectivo que contribuyan a la mejora del centro, así como reparar el daño que se haya causado. La segunda medida contemplada es la suspensión del derecho a participar en las actividades extraescolares. La tercera plantea un cambio de grupo y sólo la cuarta la suspensión del derecho de asistencia a clase por un periodo de tiempo superior a tres días e inferior a dos semanas. En caso de que la falta sea excesivamente grave Educación puede llegar a cambiar al alumno de centro de enseñanza. Eso sí, en la propia Inspección Educativa explicaron que es extraño que se traslade a los alumnos indisciplinados y que apenas se produce una decena de casos en la provincia por curso educativo.

En los próximos meses, según aseguraron desde la Escuela de Paz, todos los centros educativos de la provincia tendrán que contar con las denominadas aulas de paz, unas clases a las que asistirán los alumnos cuando sean expulsados y que estarán tutorizadas por profesores. Con esta medida se intentará que el alumno no pierda el hábito de la asistencia a clase y que, a la vez que sigue recibiendo las materias, no entorpezca el ritmo normal de las clases.