Una operación antiterrorista acaba con 50 talibanes en Afganistán

Al menos cincuenta supuestos talibanes murieron en las últimas horas en dos grandes operaciones antiterroristas llevadas a cabo por las fuerzas afganas y de la coalición liderada por Estados Unidos en el peligroso este de Afganistán. La mayor parte de las bajas en el bando rebelde se produjeron durante la ofensiva que desarrolla en Kandahar, donde 41 insurgentes y seis policías perdieron la vida.

La ofensiva, lanzada en un área que solía visitar el mulá Omar, máximo líder de los talibanes afganos, se une a la Operación Montaña León, en marcha desde el miércoles en la provincia oriental de Kunar y en la que hasta ahora han muerto ocho supuestos terroristas. Su objetivo es acabar con sus refugios para evitar que lancen ataques desde ellos.

En los últimos meses han aumentado los atentados suicidas en Afganistán, sobre todo en Kandahar, y los talibanes han avisado de que esta primavera recrudecerán sus ataques, coincidiendo con el despliegue de las tropas de la OTAN en el sur del país.

Militares canadienses y estadounidenses se encuentran en Kandahar, mientras que los británicos se asientan en Helmand, los holandeses tendrán su base en Uruzgan y los españoles siguen en Herat, una zona relativamente tranquila que en los últimos días ha sufrido también varios ataques. El jueves, fuerzas de la coalición y del Ejército afgano desarticularon en Uruzgan una célula que se dedicaba a entrenar a futuros terroristas suicidas. El gobernador de Kandahar explicó ayer que habían recibido información de los servicios secretos de que un grupo de talibanes se habían reunido en Sangisar para organizar atentados.

Por ello, la Policía afgana, con apoyo en tierra del Ejército Nacional y desde el aire con helicópteros de la coalición multinacional, lanzó el viernes la operación en el área de Sangisar, en el distrito de Chera.