Tarde de despropósitos a gritos de «¿dimisión, dimisión!»
Incomprensiblemente las Viñas se echó a la calle desde Santo Domingo para buscar su templo cuando los partes metereológicos apuntaban lluvia
Actualizado:Incomprensible. Ese es el adjetivo adecuado para explicar lo acaecido en la tarde del pasado Viernes Santo en plena plaza de Cristina cuando la corporación de la Exaltación decidió refugiarse en el Convento de Santo Domingo en el momento en que comenzó a caer un fina lluvia a las puertas de la oscuridad de la noche.
En ese mismo instante se fraguó una cadena de despropósitos que sin duda traerá consecuencias en el devenir diario de la Cofradía de las Viñas y para una Junta de Gobierno que deberá dar cuentas del porqué de esa decisión. Se lo han ganado a pulso. Y para más inri tan sólo llevan algo más de dos meses en el cargo tras un proceso electoral cuanto menos estrambótico.
Tanto es así, que a la segunda vez en que la hermandad volvió a refugiarse en el convento dominico cuando la lluvia arreciaba y un fuerte aguacero cogió a todos por sorpresa, se oyeron gritos de «¿dimisión, dimisión!» por parte de un grupo de hermanos y devotos de la Concepción Coronada en la misma puerta de Santo Domingo.
Tras cuarenta y cinco minutos en el interior del templo, la Junta de Gobierno de la hermandad decidió echarse a la calle para buscar su templo, asegurando que los partes metereológicos que ellos manejaban les daba un margen de una hora y media para llegar a las Viñas.
Además, durante la reunión no se dejó entrar al Delegado de Día del Consejo de la Unión de Hermandades, Tomás Clemente. Aunque la hermandad no está obligada a ello, sí debió hacerlo sólo por cortesía, y porque éste como coordinador de la jornada procesional contaba con diversos partes metereológicos «absolutamente fiables», tanto de la base de Rota como del aeropuerto de Sevilla que apuntaban a que llovería el resto de la jornada.
Para quitar hierro al asunto y justificar lo injustificable, Juan de Dios Domouso, Hermano Mayor de la corporación sacramental, declaró ayer en Radio Jerez sobre lo ocurrido el día anterior que ellos no se negaron a que entrara el Delegado de Día del Consejo, porque «no teníamos las llaves de la iglesia. Estábamos allí de prestados, sólo fuimos a refugiarnos», y que en la cofradía «ya había un delegado de día, además de asegurar que no disponían de los partes metereológicos».
Esto no es así. En concreto en el cortejo procesional que la hermandad dispone en la calle se incluye una persona que durante estos días colabora con la Unión de Hermandades, no como coordinador, sino como ayudante de éste.