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La gimnasia no es sólo cosa de niñas; ellos también pueden
Algunos clubes de gimnasia rítmica de la provincia de Cádiz se han propuesto derribar las barreras que tradicionalmente han refrenado a los niños a practicar este deporte
Actualizado: GuardarGanan de largo, ellas son más de cien, ellos, ninguno. Puede que la sociedad haya dado pasos de gigante en cuanto a la paridad de sexos, pero la gimnasia rítmica sigue siendo un terreno en el que nada ha cambiado. Sobran los ejemplos. Uno muy claro lo encontramos en Puerto Real, localidad en la que el pasado fin de semana se llevó a cabo la fase de clasificación para el próximo Campeonato de Andalucía y en la que se clasificaron las seis gimnastas locales que aspiran al título.
Pese a la intensa actividad que desarrolla el Club de Gimnasia Rítmica de Puerto Real, ningún chico ha querido hasta el momento participar en sus entrenamientos, que se desarrollan los lunes y de miércoles a viernes, entre las 17:00 y 20:00 horas. ¿Razones? Según el presidente del club, Mauro Pastor, el principal problema radica en la educación que reciben los niños. «Aún existen valores masculinos que hacen creer que, porque un chico practique gimnasia rítmica o ballet, es un afeminado», nada más lejos de la realidad asegura. Padre de un niño y una niña, Pastor admite que su hijo no hace gimnasia «porque no le apetece, pero me encantaría que lo hiciera porque es un deporte muy completo y, además, atractivo, no hay más que ver como se llenan las gradas cuando tenemos campeonato», una afirmación que, en efecto, atestiguaron unas gradas abarrotadas el pasado fin de semana.
Cualidades físicas
Este deporte requiere de una combinación de flexibilidad, potencia y fuerza, características que, en conjunto, reúnen mejor las chicas lo que, de ninguna manera, quiere decir que los chicos no puedan practicarlo. En cualquier caso, poseer unas condiciones físicas excepcionales no es un requisito para recibir clases de gimnasia. Tanto desde el club de Puerto Real como en los de otras localidades gaditanas, se recuerda que el objetivo último que se persigue es el de fomentar el deporte en general, tanto en personas que aspiren a desarrollar una carrera profesional como en las que no. Además, según Pastor, «concretamente, la gimnasia puede servir como factor de integración entre sexos y hacer desaparecer esa terrible discriminación que perdura inamovible en lo más profundo de nuestra sociedad». María Jesús Gómez y Rocío Tenorio son las dos monitoras que trabajan con las niñas en Puerto Real. Ambas no dudan en afirmar que «se mueren de ganas por tener algún niño en el equipo» pero, a la vez, se muestran realistas y consideran que va a ser difícil que la situación cambie a corto plazo. «Será necesaria una transformación muy profunda en nuestra mentalidad» comentan. Puede que profunda pero no imposible, con el fin de que finalmente ésta se produzca, el club mantiene una estrecha relación con centros educativos en los que se intenta hacer ver a niñas y niñas, que al igual que ellas juegan ahora al fútbol y baloncesto, también ellos pueden lanzar al aire las pelotas de goma, girar las cintas de colores, hacer el puente o simplemente, disfrutar con la gimnasia rítmica. Rocío pone un ejemplo que representa de forma muy gráfica esta situación. Ella compagina su afición a la gimnasia con la salsa «un baile que, hasta hace poco, sólo aprendían las mujeres porque al hombre que lo hiciera lo hubiesen tachado de afeminado, ahora, la situación ha dado un giro de 180 grados, el que baila es considerado todo un macho. Bienvenido sea si es para mejor».
Quizá, en el futuro, esta diferenciación entre sexos desaparecerá del deporte y un niño y su padre cruzarán las puertas del polideportivo municipal de Puerto Real, preguntando dónde se puede inscribir el chico a las clases de gimnasia rítmica, una escena que podría repetirse también en el polideportivo de El Puerto, y en Chiclana, Cádiz, Jerez... Ese día, podremos dejar de escribir y hablar sobre este tema en condicional y futuro para hacerlo, sin más, en presente de indicativo.