A PUNTO. Alonso aprovechó la semana para dar los últimos retoques a su coche de cara a Imola. / AFP
FÓRMULA UNO

Renault certifica su poderío en los entrenamientos de Montmeló

Alonso ultima su monoplaza de cara a Imola donde espera repetir triunfo McLaren sufre numerosos problemas y sigue sin dar señales de fiabilidad

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El Mundial de Fórmula Uno tuvo un auténtico ensayo general esta semana en el circuito de Montmeló. Estuvieron presentes la práctica totalidad de las escuderías, y se pudo ver en pista, por primera vez, un Ferrari muy renovado en manos de Michael Schumacher, y unos Honda muy rápidos. Pero lo que quedó claro es que el Renault R26 de Alonso y Fisichella está un paso por delante del resto, McLaren incluido.

La próxima prueba del Mundial se disputa en el circuito italiano de Imola. Esta pista se caracteriza por unas velocidades punta bastante elevadas, frenadas muy violentas y, sobre todo, por unas chicanes cuyos bordillos ponen a prueba las suspensiones y la estabilidad de los monoplazas. «Para ir bien en Imola hay que tener unas suspensiones capaces de absorber los impactos que se producen al abordar los bordillos de frente y a gran velocidad. En poder saltar bien estos bordillos, sin que se desequilibre el coche, radica la obtención de un buen tiempo», ha comentado Alonso. En la semana de Barcelona se ha visto que los Renault, ya sea en manos de Fernando o de Kovalainen, han sido los coches más rápidos. El piloto probador de Renault cerró la semana marcando el mejor tiempo de nuevo, seguido de Fisichella, que una vez más ha dejado patente que no es rival para Fernando en la lucha por el título, como el asturiano ha dejado claro en muchas ocasiones, nombrando solamente a Raikkonen y Schumacher como posibles rivales en la lucha por el título.

McLaren con problemas

Mclaren acabó con un mar de dudas. Los coches plateados no fueron tan rápidos como se podía esperar de ellos y, además, acumularon problemas de toda índole. Este año ya se han producido problemas de fiabilidad que afectaron al chasis, suspensiones y soporte de alerón posterior.

A esos problemas se unió la rotura de un motor en el coche de Montoya, que era además una de las nuevas unidades, de las que se espera una gran fiabilidad, por lo que las huestes de McLaren regresaron a su base británica con muchas dudas respecto a la competitividad del coche y a la fiabilidad, no sólo del motor, sino de piezas de las suspensiones, que en el trazado italiano se ven sometidas a unos esfuerzos poco habituales en el resto de la temporada.