Molina salva al Deportivo en Riazor

Deportivo y Sevilla firmaron tablas justas en un encuentro igualado, en el que los coruñeses llevaron el peso del juego en el primer periodo y los andaluces dispusieron de sus mejores ocasiones en la segunda parte, en la que se encontraron con un excelente José Francisco Molina.

El Deportivo afrontó el encuentro lastrado por un total de nueve bajas, que obligaron a Caparrós a buscar una solución de urgencia ante su ex equipo, frente al que tuvo que alinear una defensa inédita con tres laterales y un centrocampista, el internacional canadiense Julien de Guzmán.

Si el Deportivo partió con el hándicap de las bajas, el Sevilla de Juande Ramos lo hizo distraído por el partido que el jueves le enfrentará al Schalke alemán en la ida de las semifinales de la Copa de la UEFA.

Europa no sólo fue el telón de fondo del encuentro por el compromiso de los sevillanos ante el Schalke, sino también por el hecho de que tanto andaluces como gallegos se jugaban parte de sus aspiraciones a estar la próxima temporada en las competiciones continentales.

Fueron los deportivistas, que estaban a dos puntos del Sevilla antes del partido, los que encararon el encuentro con mayor ambición, pese a que también tenían mermado el ataque por la baja de Javier Arizmendi, que Caparrós compensó con la entrada en la alineación del canterano Xisco.

El Sevilla apostó en su visita al estadio de Riazor por el contragolpe como arma ofensiva aprovechando la velocidad de Adriano y Saviola, que incomodó a la zaga del Deportivo, aunque no a Molina.

El encuentro entró en una fase de juego anodina, con los andaluces sin pegada y los deportivistas sin presencia en ataque.