IPC engañoso
Actualizado:El aumento de los precios del mes de marzo, una vez que las cifras se han hecho definitivas por el INE, apunta a una ligera desaceleración de su tendencia alcista. La temida cifra interanual del 4% ha bajado al 3,9 porque el margen añadido del mes pasado ha sido sólo de 0,7 puntos; lo que parece que alivia a algunos, cuando no debería. La tasa subyacente de inflación -la que no contabiliza los componentes más volátiles que son la energía y los alimentos frescos-, ha saltado a un altísimo 3,1% interanual después de haber permanecido en el 2,9 durante los tres meses anteriores. Y esta diferencia es especialmente significativa ahora porque parece que la moderación del IPC español general se ha debido en buena parte al mejor comportamiento de los derivados del petróleo, que tras un período de relativa calma han impactado con menos intensidad en todos los precios.
Pero es, precisamente, por este carácter coyuntural de la pausa inflacionista, es decir, por el menor empuje del petróleo, por lo que no deberían de lanzarse las campanas al vuelo, ya que nuestro diferencial de inflación con nuestros socios comerciales se centra en la subyacente, que es la que más daño comercial hace. La tendencia de los precios del petróleo es impredecible. El final del invierno y el comienzo de la primavera son los momentos de mayor caída de la demanda, pero la tensión creada por la siniestra estrategia iraní con respecto a su programa nuclear han creado rumores y temores en el sentido de un posible ataque militar norteamericano y la consiguiente desestabilización de la zona. Si a esto le añadimos la paralización parcial de la producción nigeriana, nos encontramos con que los precios han alcanzado ya este mes de abril niveles record, lo que volverá a impulsar los precios al alza. Con todo, no es la factura de la energía sino la incapacidad de dominar la inflación subyacente o mejor dicho, su diferencial con respecto a nuestros socios comerciales, lo que más debería preocuparnos a los españoles. Que la ropa y el calzado sean, con un incremento del 3,3%, los que lideren el tirón de nuestros precios solo se explica por el actual auge de neoproteccionismo que se empeña no sólo en impedir la entrada de empresas extranjeras sino en añadir obstáculos a las importaciones de países no comunitarios; medidas que ayudan, sobre todo, a los productores nacionales ineficientes pero en detrimento de exportadores y consumidores, igualmente nacionales. Se ha dicho muchas veces que con la política monetaria fuera de su control, el Gobierno tiene que dedicarse ahora a flexibilizar los mercados.