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Villepin, en el centro, abandona la residencia presidencial del Palacio del Elíseo junto a otros ministros. / REUTERS
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El apoyo de la Asamblea gala al plan alternativo al CPE no pone fin a la crisis social

Los diputados de izquierda también se opusieron a la nueva medida, que busca facilitar el acceso al trabajo de los jóvenes

AGENCIAS/PARÍS
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La Cámara de los Diputados de Francia aprobó ayer la proposición de ley que reemplaza al derogado Contrato de Primer Empleo (CPE) con medidas para los jóvenes con dificultades para entrar en el mercado laboral, mientras el presidente, Jacques Chirac, pidió a los estudiantes que vuelvan a las aulas.

El texto, cuyo examen había empezado en la noche del martes en un clima tenso, fue ratificado por 151 votos a favor, los de diputados de la conservadora y gobernante UMP, que lo elaboró, pero también de la centroliberal UDF, que se había opuesto al CPE. Los 93 sufragios en contra fueron emitidos por la oposición de izquierdas, que había reclamado la revocación pura y simple del polémico contrato. Tras la votación, la proposición de ley pasó entonces al Senado, que debía decidir si lo tramita, como se cree, hoy, antes del inicio del receso parlamentario de Pascua, o a la vuelta, a comienzos de mayo.

Antes del examen parlamentario, habían sido rechazadas enmiendas de la izquierda para obligar al Gobierno conservador a mantener «negociaciones nacionales» antes de toda reforma del derecho laboral, a revocar el Contrato de Nuevo Empleo (CNE) de 2005 y hermano mayor del CPE, y a prohibir el trabajo nocturno para los menores de 18 años.

La proposición de ley sobre «el acceso de los jóvenes a la vida activa en la empresa» reemplazará en la ley de igualdad de oportunidades el artículo 8, que creaba la controvertida medida. Este contrato para menores de 26 años, que permitía su despido sin motivación durante los dos primeros años, fue adoptado sin concertación por el primer ministro, Dominique de Villepin, el pasado enero, y suscitó el rechazo rotundo de los sindicatos de trabajadores y estudiantes, así como de la mayoría de los franceses.

Villepin, debilitado

Después de dos meses de manifestaciones, huelgas y el bloqueo de universidades e institutos, en una crisis social y política que ha debilitado al primer ministro galo y su mayoría conservadora, el presidente Chirac perdió el pulso de la calle y decidió el pasado lunes derogar el CPE. También tocado por el conflicto que empaña el fin de su mandato, el jefe de Estado optó por reemplazar la normativa con medidas a favor del empleo de jóvenes con dificultades para acceder al mercado laboral. Unas disposiciones que amplían la normativa existente y que costarán al Estado 150 millones de euros este año y el doble en 2007.

Mientras que la movilización estudiantil seguía desinflándose y cada vez más jóvenes votaban el fin de los bloqueos, el presidente francés llamó ayer a la vuelta de «todos» a las aulas. «Todos los jóvenes tienen que poder reanudar sus clases y preparar los exámenes», dijo Chirac en el Consejo de Ministros, tras recordar que decidió reemplazar el CPE en aras del «orden y la apaciguamiento», y para salir de la «situación de bloqueo» y continuar «la marcha hacia adelante en el combate por el empleo».