La claves del proceso
Actualizado:Fracaso de los sondeos: Desde hace tres meses, los sondeos daban una victoria a Prodi por una ventaja de entre 2 y 5 puntos. La remontada de Berlusconi no acababa de despegar. Por ley, desde 15 días antes de las elecciones no se publicaban sondeos. Sin embargo, las encuestas a pie de urna también los confirmaron. La conclusión es que los italianos han mentido en sus respuestas, tanto en los sondeos como en las encuestas a pie de urna, y las agencias estadísticas no han sabido leer la remontada de Berlusconi.
Empate: La tardanza del resultado definitivo se debe al tradicional caos de los recuentos electorales en Italia pero sobre todo a un increíble empate de fuerzas, que han impedido cualquier predicción estadística. En el Congreso, Prodi ha recibido 19.000.184 votos (el 49,8%), sólo 25.224 votos más que Berlusconi.
Sistema de voto: Con las coaliciones empatadas el nuevo sistema de recuento ha sido decisivo. En el Congreso basta ganar por un voto para lograr el premio de escaños que garantiza la mayoría absoluta y así lo hizo Prodi. En el Senado, en cambio, esta operación se hace en cada región, pero también hubo un empate en el número de regiones conseguidas, hasta que el resultado quedó 155 a 154 a favor de Berlusconi. El voto extranjero desequilibró la balanza hacia Prodi.
Bicameralismo perfecto: En Italia, la Cámara de los Diputados y el Senado tienen idéntica importancia, y las leyes deben pasar por ambas sedes para su aprobación. Por eso es imprescindible tener la mayoría en las dos y, en caso contrario, se produce un empate, con el riesgo de ingobernabilidad.
Voto en el extranjero: Esta era la primera vez que tres millones de italianos residentes en el extranjero podían votar en las elecciones, para elegir 12 diputados y 6 senadores. Votó el 42%, pero el recuento de estos votos, organizado en una nave de las afueras de Roma, fue un auténtico desastre. Fue el que más se retrasó y al final decidió las elecciones.
Senadores vitalicios: Con todo, para cerrar las cuentas de escaños en el Senado es necesario considerar un último factor, los siete senadores vitalicios. Son ex-jefes de Estado (Cossiga, Scalfaro), políticos de prestigio (Andreotti) o personalidades culturales (la premio Nobel Levi Montalcini). Cossiga opina que deben abstenerse a la hora de aprobar el gobierno, pero el resto han dicho que piensa votar. Por tanto, Prodi debería al menos contar con el apoyo de cuatro de ellos para lograr la mayoría absoluta de 162 escaños.