Una crisis con muchas claves
Actualizado:La remodelación del Gobierno, objetivamente escasa -apenas salen dos ministros y entran otros dos-, tiene sin embargo numerosas claves entrecruzadas. De un lado, la marcha de Bono supone el reconocimiento de su derrota personal tras haber intentado influir desde dentro en un Gobierno en el que el ministro de Defensa era poco más que el florero del gabinete. De otro lado, la formación del tándem Alonso-Rubalcaba en el área estratégica Defensa-Interior constituye un movimiento táctico de indudable calado con el que Rodríguez Zapatero quiere asegurarse el buen fin del llamado proceso de paz. En aspecto puramente estético, la primera crisis de Zapatero ha sido impecable: por primera vez en muchos años, el cambio, ubicado con precisión en el calendario, no había estado precedido de filtración alguna. Y el presidente del Gobierno no se ha ajustado al guión.