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«Empezarán a escucharnos cuando haya algún atropello»
Los vecinos de San José Obrero denuncian la inseguridad vial de algunas de sus calles y el descontrol del tráfico Urbanismo no sabe cuánto se «dilatará» la mejora del puente
Actualizado: GuardarSólo hay una manera de llegar a la barriada de San José Obrero desde la zona Norte: el polémico puente que aparece y desaparece de los planes de urbanismo según aumente o disminuya la presión vecinal. No tiene suficiente arcén y el desnivel en la subida impide la correcta visualización del tráfico que viene de frente. Un paso obligado para cientos de jerezanos que continúa prácticamente igual que cuando se inauguró, hace un puñado largo de generaciones.
El puente es un punto vial conflictivo, pero no es el único de la zona. Si continuamos por la calle Santa Jesusa, descubrimos el particular sistema arbitrado por los vehículos para cederse mutuamente el paso: improvisan. La carretera, de doble carril, equivale en extensión a poco más que uno simple, y cuenta con el incentivo añadido de que los contenedores de basura están perfectamente integrados sobre los pasos de peatones, por ejemplo.
Cuando pasa el autobús de línea, en hora punta, la situación es irreal: coches que avanzan o retroceden buscando un hueco, vehículos que optan por salir del atolladero en dirección prohibida, motoristas sorteando a unos y otros a golpe de manillar, etc... Toñi Reyes, presidenta de La Prosperidad, la asociación de vecinos de la zona, lo resume de manera muy gráfica: «Esto es un caos, no hay espacio para circular, constantemente hay golpes entre vehículos y cualquier día habrá un atropello, si no en el puente, aquí mismo, y entonces es cuando comenzarán a hacernos caso».
Mientras tanto, los vecinos continúan «aislados por esta parte, la que da al centro comercial, que nos guste o no es un punto que supone una gran afluencia de tráfico y peatones». Como añade Toñi Reyes: «El comunicado de Urbanismo nos ha aclarado poco, salvo que no sabemos hasta cuándo se dilatará la situación del puente».
En cualquier caso la población de San José Obrero sigue creciendo, el parque de vehículo aumenta, y las soluciones siguen siendo las mismas que cuando comenzaron a plantar el problema a distintas administraciones: ninguna.