Turismo

Conil inicia la recuperación de su almadraba como centro cultural y turístico del pueblo

Tras 40 años de abandono, la Chanca tendrá un museo del mar, una biblioteca y archivo histórico y amplios espacios libres Es el proyecto para mejorar la oferta del municipio a los visitantes

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Conil llegó a despiezar más de 30.000 atunes cada año durante los siglos XVI y XVII -hoy se capturan 2.000 en la provincia-. La Chanca, un recinto amurallado de 7.500 metros cuadrados en el corazón del pueblo, fue una de las mayores fábricas de pescado de Europa, pero la decadencia de la industria convirtió a esta almadraba -ya en el siglo XX- en trastero del municipio, refugio de toxicómanos y solar ruinoso colmado de malas hierbas. Su demolición era irreversible hasta que la Junta decidió proteger el entorno por su interés cultural hace seis años.

La Administración y el Ayuntamiento, tras las constantes peticiones de la asociación ecologista y cultural de Conil La Laja, acordaron promover la rehabilitación de la almadraba en 2004. Los primeros planes ya reseñaron la necesidad de convertir la Chanca en un centro vinculado a la tradición marítima y pesquera conileña que mejore la escasa oferta del municipio a los visitantes. «Es el principal proyecto de Conil para mejorar la oferta complementaria, y tener más cosas que ofrecer a los que nos visiten además de las playas», apunta el alcalde de la localidad, Antonio Roldán (IU).

Tras dos años de trámites administrativos, la iniciativa para recuperar la almadraba arranca este año, aunque no existe aún fecha de finalización. Los arquitectos Francisco Torres y Javier Romero se encargarán del trabajo tras ganar con el programa Oppidum («ciudad fortificada») el concurso de ideas planteado por las administraciones. «Es un proyecto global de recuperación y ordenación del centro. Pretendemos unir los espacios públicos de la Chanca, la plaza de Santa Catalina y el Patio de los Guzmanes, que hoy aparecen desorganizados, y habilitaremos diversos ámbitos apoyados por edificios que se abran al mar», describe Romero.

En el recinto se levantará un edificio de nueva planta para albergar un «museo del mar y de la almadraba», y se restaurarán otras cuatro pequeñas estancias para dar cabida a una biblioteca-videoteca, un archivo histórico, una sala de lecturas y una zona multiusos.

Además habrá amplios espacios libres para que el entorno amurallado una el centro de Conil y la playa en un paseo abierto a todos.

A juicio del historiador local Antonio Santos, de La Laja, el proyecto Oppidum tiene la virtud de tratar todo el espacio de la Chanca de forma unitaria. «Cuando se ejecute la rehabilitación disfrutaremos de una unidad en torno a la almadraba, con la Iglesia, la torre de Guzmán... será un espacio muy atractivo para el ciudadano, después de tantísimos años de abandono», comenta.

Integrada en el espacio de la Chanca, la antigua Iglesia de Santa Catalina (siglo XV) también afronta su rehabilitación, liderado en este caso por la Mancomunidad de la Janda. Decenas de obreros trabajan cada día en el templo, en una iniciativa que supera los 800.000 euros de presupuesto y cuenta con el respaldo de fondos europeos.

Cuando finalice el trabajo, en agosto de 2007, la Iglesia se utilizará como equipamiento socio-cultural, para actos públicos, conferencias, conciertos o exposiciones. En unos años, los vecinos y turistas que visiten la cubierta de Santa Catalina podrán asomarse y contemplar la Chanca, un espacio moderno, patrimonio recuperado, con el mar de fondo.