AFICIÓN. La presidenta del PP vasco, María San Gil, acompañó a su jefe de filas a presenciar la salida de la etapa de la vuelta ciclista a Euskadi. / IOSU ONANDIA
ESPAÑA

Rajoy «desconfía» de Rubalcaba y cree que perjudicará la sintonía con el Gobierno

El presidente del PP habla de «puntos oscuros en su biografía» y Pujalte alude al GAL y a la «utilización» del 11-M

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La visita de Mariano Rajoy al Parlamento de Vitoria -la primera del presidente del PP al Legislativo vasco- y su reunión con el grupo parlamentario popular se vieron condicionadas, inevitablemente, por la remodelación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, conocida pocas horas antes. De hecho, el líder popular aprovechó la sala de prensa de la Cámara vasca para dar a conocer su primera valoración de los cambios en el Gabinete socialista, y lo hizo con contundencia. Rajoy cargó sobre todo contra el nuevo ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por considerar que su nombramiento -un «grave error» y una «mala noticia», en palabras del líder de la oposición- puede afectar incluso a la recién recobrada sintonía entre su partido y el Ejecutivo del PSOE.

La razón de este malestar no es otra que la «desconfianza» que el ex portavoz del PSOE en el Congreso provoca en el PP. «No confiamos en él. Es mejor no llamarse a engaño y decir las cosas con claridad: no es una buena decisión para que haya un buen entendimiento entre el Gobierno y el PP», se explicó Rajoy, que aludió a determinados «puntos oscuros en la biografía» del nuevo titular de Interior. No obstante, y pese a la insistencia de los periodistas, el máximo dirigente popular no quiso precisar a qué se refería. Sí dejó claro, en cualquier caso, que el compromiso de «buena voluntad» adquirido en su reciente encuentro con Zapatero en La Moncloa y las «ganas de ser leales» de su partido siguen vigentes, aunque quedan 'tocados' por la elección para dirigir Interior en pleno proceso de pacificación en Euskadi de alguien «de quien el PP no se fía» y con quien tampoco mantiene «una buena interlocución».

Explícitos

Si Rajoy quiso ser medianamente cauto a la hora de valorar el nombramiento de Rubalcaba, otros dirigentes populares de menor peso fueron mucho más explícitos a la hora de interpretar su papel tras el alto el fuego de ETA e incluso concretaron los «puntos oscuros» a los que se refirió su jefe de filas.

Así, el portavoz adjunto del grupo popular en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, recordó que Rubalcaba fue portavoz del Gobierno socialista «en los años del GAL» y le definió además como «paladín de la utilización de un atentado terrorista con fines partidistas» por su comportamiento tras los atentados del 11-M, en vísperas de las elecciones generales.

Confesó la «intranquilidad» y el «desasosiego» que genera el nombramiento de Rubalcaba en su partido, ya que los populares le atribuyen un papel clave en las supuestas negociaciones con ETA y creen que entregarle ahora «todos los resortes del poder» supone «una concesión al proyecto radical y al nacionalismo más rupturista». La portavoz popular de Interior en la Cámara Baja, Alicia Sánchez Camacho, consideró el nombramiento «el golpe más duro» que podía asestarse a la recuperada «confianza» entre Zapatero y Rajoy.

A pesar de estas reticencias, Rajoy quiso dejar claro en Vitoria que su actitud colaboradora para acabar definitivamente con ETA no ha variado y que piensa «ayudar» al Ejecutivo a derrotar a la banda. Eso sí, aprovechó para reiterar sus condiciones y añadir algunas nuevas: por ejemplo, subrayó que, aunque existan informes positivos de las fuerzas de Seguridad sobre la veracidad del alto el fuego, el Gobierno socialista no debería moverse un ápice hasta que la banda terrorista no «haga un comunicado» para manifestar su voluntad de disolverse y «abandonar la actividad criminal».

También pidió a Zapatero que «hable con claridad» para que Batasuna entienda que «mientras no deje de ser una organización terrorista» no podrá desarrollar su actividad política como un partido más. Y exigió al Fiscal General del Estado que haga «todo el esfuerzo del mundo» para que se cumpla la ley en relación con la formación de Arnaldo Otegi.

Por otro lado, el presidente popular vinculó la salida de José Bono del ministerio de Defensa con su «disconformidad» con el Estatuto catalán y lamentó la pérdida de un ministro que defendía, como el PP, la «unidad nacional».