Presión a Hamas
Actualizado:La detención del ministro palestino para Asuntos de Jerusalén por la policía de fronteras israelí en un barrio periférico de la ciudad ha supuesto el primer incidente entre el nuevo Gobierno palestino de Hamas y el de Olmert. Y desde luego no será el último. La confusión política que reina en la región hace que la situación que se vive en ambos bandos sea proclive a este tipo de tanteos del rival. Como lo son las propias discrepancias internas sobre cómo afrontar la nueva etapa y su proyección sobre el denominado proceso de paz. Sin ir más lejos, la polémica desatada a raíz de la carta enviada por el ministro palestino de Asuntos Exteriores al secretario general de la ONU, Kofi Annan, con afirmaciones que fueron tomadas inicialmente como un reconocimiento implícito del Estado de Israel para ser luego tajantemente desmentidas por la línea dura del Gobierno palestino -que achacó la interpretación a un «error» de traducción-, ilustra perfectamente el momento en el que se encuentran israelíes y palestinos. El Gobierno de Hamas está experimentando que una cosa es la defensa a ultranza de unos ideales -para los que no dudó en usar unos métodos que ahora le suponen un lastre terrible- y otra la gestión de lo que pretende ser un Estado soberano. Las arcas palestinas están vacías y el primer ministro Haniyah -quien además de mostrarse dispuesto a dialogar con el Cuarteto había autorizado a sus ministros a sostener contactos de orden técnico con funcionarios israelíes para aliviar la situación material de los palestinos-, sabe que su amenaza de buscar otras fuentes de financiación le implicaría un costoso peaje, sobre todo porque las alternativas -reales- a Occidente son las que son.
Probablemente por ello, Haniyah haya decidido ni desautorizar ni confirmar versión alguna sobre un texto que con toda seguridad conocía, guardando así la baza del beneficio de la duda. La errónea traducción de la carta marca, en cualquier caso, un camino juicioso que es la continuación de lo que en su momento dejó entrever su fundador, el jeque Yassin, cuando se mostró dispuesto a que su formación aceptase un largo armisticio con Israel a cambio de crear su Estado en los territorios ocupados por Israel desde 1967. La tregua que posteriormente se abrió gracias a la nueva visión de Hamas es, además, la que ha otorgado la mayor carga de viabilidad a la «solución de los dos Estados» propuesta por Washington.