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Cuando la ilusión es la mejor estrategia
Los hijos de los futbolistas del Cádiz son los primeros que se volcarán mañana con un equipo que necesita ganar
Actualizado: GuardarHa comenzado la cuenta atrás. Siete partidos. Veintiún puntos. Objetivo: trece puntos, doce más uno para los supersticiosos. Números y más números. Las cifras llenan las cabezas de jugadores, directivos, aficionados y por supuesto, de los rivales. El cadismo hace sus cábalas. El equipo busca la permanencia y no deja atrás su mejor arma: la ilusión.
Con esa premisa afrontará el Cádiz el encuentro de mañana ante el Betis. Nadie olvida las dificultades pero los jugadores necesitan dejarse contagiar por un valor que nunca puede desaparecer: la esperanza.
Suárez, Medina y Navas, junto con sus otros compañeros, son conscientes de la importancia de mantener la confianza y el ánimo como bases para la estrategia de la permanencia. Pero los primeros, además, tienen el respaldo de sus hijos. Ellos son sin duda, los mejores representantes de esa ilusión sana que debe proyectar el equipo desde el sábado y hasta el final de la Liga.
Raúl, Daniela, Carlota, Santiago y Matías, son los pequeños de estos tres futbolistas. En torno a ellos giran sus vidas y por ellos están dispuestos a todo. Los niños piden seguir en Primera y ante eso no se puede fallar. Santiago saluda a Daniela y juega también con Carlota y por supuesto con su hermano Matías. Todos ellos se conocen y son amigos. Los más pequeños van juntos a la misma guardería.
SUÁREZ
Carlota y Daniela
Las dos hijas del centrocampista del Cádiz muestran un entusiasmo distinto de cara al encuentro frente al Betis. Su padre podría volver a la titularidad. Sería un buen regalo para el asturiano, que hoy cumple 32 años. Las dos van a Carranza a ver los partidos aunque, como afirma Roberto «más que nada a disfrutar». Para Carlota (7 años) y Daniela (2 años) lo más importante es saber cuándo juega su padre y si será titular. A estas cuestiones se suma la más habitual en la infancia: ¿Por qué?
MEDINA
Matías y Santiago
Los hijos del uruguayo son dos inquietos apasionados del fútbol. Matías (4 años) y Santiago (2 años) se pasan buena parte del día jugando en el jardín de su casa. El mayor muestra mayor interés por el Cádiz y sigue muy atento los partidos. «Me pregunta por qué me han sacado la tarjeta amarilla», comenta Medina. A Matías no se le escapa ni un detalle. Los dos demuestran buenas maneras al golpear la pelota. «También me dicen que mi gol no fue con la mano», asegura el delantero amarillo. Mientras, los dos torbellinos se divierten con lo más preciado: un balón. Además, confían en que el Cádiz siga en Primera.
NAVAS
Raúl
Cuarenta días tiene el hijo del guardameta del Cádiz. Raúl afirma que le ha cambiado la vida. «Es algo bueno para el futbolista porque ayuda a que estés más centrado». El portero gaditano, entusiasmado con su paternidad, dice entre bromas que «él no me puede animar a mí, que sólo come y duerme, pero cuando llego después de una derrota, al verle parece que duele menos». Mientras, Raúl mantiene el tipo ante tanto alboroto cerca de él. Su padre ya tiene claro que el niño será lo que quiera pero si se dedica a esto del fútbol «que sea de jugador».