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porque los segundos no aceptan las enmiendas de los primeros

Republicanos y demócratas bloquean en el Senado la votación sobre la ley de migración

El debate tendrá que esperar dos semanas hasta después del receso de Pascua, aunque desde ambos partidos se confía en lograr un acuerdo

EFE | WASHINGTON
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El atrincheramiento de republicanos y demócratas en sus posiciones ha vuelto a impedir hoy, por segunda vez en dos días, el voto en el Senado de EEUU de una reforma migratoria para decidir la suerte de unos 12 millones de inmigrantes indocumentados. Los senadores, que intentaban elaborar un proyecto de ley que contentase a todos en el debate sobre inmigración, no han logrado proceder a la votación definitiva de la medida de consenso presentada por los republicanos Chuck Hagel y Mel Martínez. El debate tendrá que esperar hasta después del receso de Pascua, de dos semanas.

En esta ocasión, sólo 36 senadores han votado a favor de concluir el debate y proceder a la votación final, frente a 62 que han votado en contra. El pasado jueves se anunció a bombo y platillo la propuesta Hagel-Martínez como un buen "término medio", que permitiría la legalización para unos siete millones de indocumentados y un programa de trabajadores temporales para el resto. La traba principal, al parecer, fue la negativa a permitir que avanzasen enmiendas republicanas que imponían más restricciones sobre quiénes y cuántos finalmente podían beneficiarse de la reforma. Los demócratas culparon a los republicanos de obstruccionismo e incompetencia. "Los republicanos están en desbandada. Bloquean la reforma migratoria, no pueden aprobar un presupuesto y han dejado claro que son demasiado incompetentes para gobernar con eficacia".

En una rueda de prensa el líder de la mayoría republicana del Senado, Bill Frist, replicó a su vez que "el gran problema" ha sido la intransigencia demócrata. "Después de nueve días y 400 enmiendas presentadas, que sólo tres llegasen a debate y votación es una farsa", se quejó Frist, quien, a pesar de su oposición previa, había aceptado finalmente seguir la pauta de la Casa Blanca y recoger la idea de crear un programa de trabajadores temporales.

Hacia una reforma integral de las leyes sobre inmigración

La realidad política del año electoral en EEUU choca con las ganas, tanto de grupos pro-inmigrantes como del propio Gobierno de México, de que se regularice la situación de millones de extranjeros que viven en la sombra en este país. Tanto demócratas como republicanos aseguraron que continuarán presionando para la aprobación de una reforma migratoria. "Estamos aquí para decir que esta lucha no ha terminado. Nos vamos a un receso, pero seguiremos presentándola y presentándola hasta lograr su aprobación", ha asegurado el senador republicano John McCain, flanqueado por colegas de ambos partidos durante otra rueda de prensa.

Por su parte, el senador demócrata Edward Kennedy ha enfatizado que, al igual que en otros asuntos polémicos, la única forma de lograr progreso es "trabajando juntos". "Entendemos que es un asunto complejo y difícil, entendemos que hay una gran carga emocional al abordar el asunto de la inmigración... y que siempre hay una oportunidad de tratar de descarrilar una respuesta significativa y de amplio alcance", ha manifestado Kennedy, uno de los promotores de la reforma migratoria.

Lo ocurrido hoy en el pleno del Senado no ha sorprendido a nadie en Washington, dada la acritud del debate a lo largo de estas dos últimas semanas. El jueves, los demócratas sólo lograron 39 de los 60 votos necesarios para proceder al voto definitivo de otro proyecto de ley, que patrocinaba el republicano Arlen Specter. La contrapropuesta Hagel-Martínez concedía beneficios e imponía requisitos en base a tres categorías de inmigrantes indocumentados: los que están desde hace más de cinco años en EEUU, los que llevan entre dos y cinco años, y los que llegaron hace menos de dos años.

La medida que salga del Senado para decidir la suerte de la población clandestina tendrá que ser homologada con la del republicano James Sensenbrenner, que la Cámara de Representantes aprobó en diciembre pasado. Esa medida autoriza la creación de un muro en la frontera con México, convierte en criminales a los extranjeros sin papeles y estipula sanciones contra grupos que les ofrezcan alivio. Durante este paréntesis legislativo, los grupos pro-inmigrantes organizarán protestas en todo Estados Unidos, para repudiar la medida de Sensenbrenner y exigir una reforma migratoria integral.