CONCENTRACIÓN. El comité de empresa de la factoría de El Portal se concentró ayer./ JORGE GARRIDO
Jerez

Las azucareras de El Portal y Guadalcacín, en pie de guerra

Los comités de empresa se encerraron ayer en las factorías para protestar «por negro futuro de los trabajadores»

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Los trabajadores de las azucareras de El Portal y Guadalcacín han iniciado una nueva campaña de movilizaciones por «las pésimas negociaciones que se están llevando a cabo con respecto a los trabajadores en la reforma de la OCM».

La reducción de las cuotas de azúcar para España supondrá el cierre de «al menos dos fábricas» en Andalucía, «y una de ellas puede ser la nuestra », afirma Miguel Barba, presidente del comité de empresa de la azucarera de El Portal».

Los miembros de los comités de empresa de las cuatro azucareras andaluzas se encerraron en sus centros de trabajo para manifestar de esta forma su «rechazo a la respuesta insuficiente que Ebro Puleva está dando a las preguntas que les realizamos los trabajadores, y que incluyen saber si habrá despidos o qué va a pasar con el 90% de la plantilla que puede verse afectada por el cierre de las fábricas», según Juan Carlos Marcos, trabajador de la factoría de Guadalcacín y presidente del comité de empresa.

Marcos subraya que la OCM «regula la parte agraria, lo que percibirán las empresas por dejar sus cotas de azúcar, pero en ningún punto expone contenido social, ni explica qué va a pasar con los trabajadores».

Hoy mismo se planteará la creación de un Sistema Interconfederal de Mediación y Arbitraje, para forzar al grupo Ebro Puleva a presentar un plan industrial y pra facilitar a los trabajadores la organización de movilizaciones en las diferentes comunidades autónomas afectadas».

La posible alternativa

Por su parte, Ebro Puleva anunció ayer, a través del presidente de la compañía, Antonio Hernández, que invertirá 120 millones de euros en la creación de una nueva sociedad que aglutinará a todos los activos energéticos del grupo. El proyecto se presenta como una alternativa al mantenimiento del negocio azucarero, e integrará todas las actividades actuales y futuras vinculadas a los biocarbulantes.

No obstante, los trabajadores perciben con cierto recelo esta propuesta, porque «el margen de rentabilidad va a ser menor, y eso implicará igualmente el cierre de algunos centros y el despido de trabajadores».