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Los jugadores del F.C. Barcelona celebran el primer culé, marcado por Ronaldinho, ante el Benfica. /EFE
LIGA DE CAMPEONES

Ronaldinho y Eto'o certifican el pase del Barça a las semifinales ante el Benfica

Milán-Barcelona y Arsenal-Villarreal son las semifinales de esta edición de la Liga de Campeones

EFE | BARCELONA/TURIN
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El Barcelona se ha reencontrado con el gol, lo único que le faltaba tras corrobar su clasificación a las semifinales de la Liga de Campeones. Ronaldinho, que había fallado un penalti, y Eto'o al final marcaron los tantos de la victoria ante un conjunto portugués muy inferior (2-0). Los de Rijkaard tiene ante sí ahora un reto complicadísimo, eliminar al Milán. Mientras, el Villarreal se medirá al Arsenal inglés, que ha rentabilizado su ventaja ante la Juventus.

A los catalanes les pudo durante muchos minutos la presión. Dominaron el partido, especialmente en el primer tiempo, pero en la segunda mitad y con el paso de los minutos, el Barcelona tuvo miedo a un gol del Benfica.

Cuando en la primera aproximación del Barcelona, el árbitro señaló penalti por manos de Petit en el minuto 5, las puertas de las semifinales parecieron abrirse para los locales. Ronaldinho ante Moretto y el gigante portero benfiquista detuvo el lanzamiento. Sin embargo, el Barcelona reaccionó, presionó en la medular contraria ante un temeroso equipo portugués, muy conservador en su planteamiento y que jugó a verlas venir.

Sin tanto virtuosismo como en otras ocasiones, los de Rijkaard fueron muy prácticos. Ronaldinho buscó siempre los pases en diagonales para sus delanteros, hasta que en una jugada de recuperación, Eto'o volvió a ser protagonista. El camerunés presionó una salida de Beto, superó a Anderson dentro del área y sirvió a Ronaldinho en el segundo palo. El brasileño esta vez no falló y firmó el 1-0, después de 289 minutos sin que el Barcelona marcara de jugada.

La tensión se apoderó del juego en el segundo tiempo. El Barca, atenazado, no quería lanzarse el ataque y el Benfica esperaba, consciente de que un gol le clasificaba para las semifinales. El primer aviso de los portugueses llegó en una contra de Miccoli que no aprovechó Simao Sabrosa solo ante Valdés (m.60). Ese fue el automatismo que hizo comprender a los azulgrana que no podían especular con la situación.

Poco a poco, el Benfica fue creyendo en la posibilidad de dar la campanada. Ronald Koeman puso a un delantero (Robert) por un centrocampista (Beto) a 18 minutos para el final. El equipo de Rijkaard se encomendó en los momentos de duda a Andrés Iniesta, el más lúcido de los centrocampistas locales. El albaceteño puso la pausa, templó el juego, mantuvo la posesión y dio cierta cordura al temeroso fútbol del Barcelona.

La tibieza de los azulgrana se demostró en el dato que su primer remate a puerta en el segundo tiempo llegó en el 84, una doble ocasión de Eto'o y Ronaldinho que desbarató Moretto. Karagounis, en un disparo desde fuera del área, puso a prueba a Valdés (m.87) antes de que Eto'o finiquitara el encuentro y la eliminatoria.

Fue en una jugada a la contra, Ronaldinho pasó sobre Belletti y éste le dio una perfecta asistencia a Eto'o. El camerunés controló con el pecho y esperó la reacción de Moretto antes de batir en un remate cercano. El 2-0, en el minuto 88, acabó con los temores de los barcelonistas que celebraron su novena clasificación para unas semifinales de la Champions. En la penúltima etapa le espera el Milán. La ida se jugará el 18 de abril en San Siro y la vuelta en el Camp Nou, el 26 de este mismo mes.

El Arsenal, por primera vez en semifinales

El Arsenal, dando una lección de saber estar y buen juego a un rival menor y perdido, sacó un empate sin goles de su visita al Juventus Turín que le permite acceder por vez primera en su historia a las semifinales de la Liga de Campeones, al hacer valer su triunfo de la ida (2-0).

Un pase más que merecido y que, además, mantiene al Arsenal del técnico francés Arséne Wenger, que ha construido un excelente y admirable equipo con mucho futuro dada la corta edad de muchas de sus piezas, con su meta sin batir desde el 27 de septiembre de 2005. Además, esta noche apenas vio peligrar no sólo su pase, sino ni la derrota.

El Juventus extrañamente parecía apático, daba la impresión de no tener que remontar. Pero lo que sucedía es que estaba impotente ante las dificultades que le planteaban la tranquilidad y cualidades técnicas y tácticas de un Arsenal bien plantado y con un centro del campo a cinco. Ante su dificultad en saltar el buen centro del campo adversario, el Juventus recurrió a balones largos casi desde propia defensa en busca de Trezeguet y de Ibrahimovic.

Así, se llegó al descanso sin goles, pero con un Juventus decepcionante tanto por la sensación de impotencia dada como por las pocas ganas mostradas. La segunda mitad siguió con la misma tónica. La diferencia es que la ocasión de gol de Henry llegó antes (m.49): en arrancada individual que cortó Buffon con una buena salida.

Y cuando mejor jugaba la Juventus, Nedved, en su vuelta tras sanción, lo dejará diezmado prácticamente auto-expulsándose. El checo, gran jugador, últimamente pierde en exceso la cabeza, cometiendo faltas ilógicas y en zonas inútiles; quizás hoy su nerviosismo venía por ver que se le escapaba su sueño de ganar la Liga de Campeones. El Arsenal se volvió a tranquilizar y pudo anotar con Hleb (m.79) o con Ljungberg (m.82). Todo terminó sin goles, con la más que merecida clasificación del Arsenal y con una monumental pitada de decepción del público juventino hacía sus jugadores.

El Arsenal, por primera vez en semifinales

El Arsenal, dando una lección de saber estar y buen juego a un rival menor y perdido, sacó un empate sin goles de su visita al Juventus Turín que le permite acceder por vez primera en su historia a las semifinales de la Liga de Campeones, al hacer valer su triunfo de la ida (2-0).

Un pase más que merecido y que, además, mantiene al Arsenal del técnico francés Arséne Wenger, que ha construido un excelente y admirable equipo con mucho futuro dada la corta edad de muchas de sus piezas, con su meta sin batir desde el 27 de septiembre de 2005. Además, esta noche apenas vio peligrar no sólo su pase, sino ni la derrota.

El Juventus extrañamente parecía apático, daba la impresión de no tener que remontar. Pero lo que sucedía es que estaba impotente ante las dificultades que le planteaban la tranquilidad y cualidades técnicas y tácticas de un Arsenal bien plantado y con un centro del campo a cinco. Ante su dificultad en saltar el buen centro del campo adversario, el Juventus recurrió a balones largos casi desde propia defensa en busca de Trezeguet y de Ibrahimovic.

Así, se llegó al descanso sin goles, pero con un Juventus decepcionante tanto por la sensación de impotencia dada como por las pocas ganas mostradas. La segunda mitad siguió con la misma tónica. La diferencia es que la ocasión de gol de Henry llegó antes (m.49): en arrancada individual que cortó Buffon con una buena salida.

Y cuando mejor jugaba la Juventus, Nedved, en su vuelta tras sanción, lo dejará diezmado prácticamente auto-expulsándose. El checo, gran jugador, últimamente pierde en exceso la cabeza, cometiendo faltas ilógicas y en zonas inútiles; quizás hoy su nerviosismo venía por ver que se le escapaba su sueño de ganar la Liga de Campeones. El Arsenal se volvió a tranquilizar y pudo anotar con Hleb (m.79) o con Ljungberg (m.82). Todo terminó sin goles, con la más que merecida clasificación del Arsenal y con una monumental pitada de decepción del público juventino hacía sus jugadores.