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Alonso pone rumbo hacia su segundo título ante la impotencia de sus rivales
Alonso y Renault no fallan mientras Ferrari continúa en crisis y McLaren protagoniza un comienzo tan irregular como el de la temporada pasada El Mundial se traslada a Europa, donde se disputarán las próximas cinco carreras
Actualizado: GuardarAntes de arrancar la temporada se sabía que los Renault eran los coches más competitivos y, sobre todo, más fiables, pero en el equipo francés se temía la velocidad de los Honda, a los siempre competitivos McLaren y al resurgimiento anunciado de Ferrari después de un año calamitoso en el que, a pesar de todo, Schumacher fue tercero en el campeonato. La primera carrera era atípica porque el trazado de Bahrein y el polvo y suciedad de la pista podían cambiar un poco la realidad de la competición. Malasia, el calor y la humedad eran otra incógnita, sobre todo para los motores ya fatigados después de Bahrein. Australia era una piedra de toque importante, especialmente para Bridgestone y Ferrari, a los que Fernando tenía como principales rivales. Sin embargo, después de tres carreras tan diferentes, han quedado claras varias cosas. El Renault sigue siendo el más fiable y competitivo, Fernando el piloto más fuerte, desde todos los puntos de vista, y Ferrari sigue sumido en una crisis impensable a finales de 2004.
Fin de ciclo
La carrera de Australia puso punto final al primero de los periplos asiáticos, y nos dejó a Alonso y Renault como líderes indiscutibles, frente a una oposición dispersa que no tiene argumentos técnicos para superar a los Renault, al menos a corto plazo, y que en el factor piloto tampoco, salvo la excepción de Raikkonen. El ciclo Schumacher se puede dar por acabado. Ferrari no tiene la competitividad de antaño, Massa no ha aportado más que chatarra en forma de coches rotos al equipo y Michael no es el que era.
El caso de Schumacher es normal, está al final de su vida deportiva y comete errores que no había hecho nunca. Sobre todo, respeta a un piloto por encima de todos, y ese es Fernando. A veces lo intenta desestabilizar con declaraciones que sabe van a llegar al asturiano, pero lo que desconoce es el carácter de éste, que pasa olímpicamente de todo lo que digan sus rivales.
En Bahrein, el Schumacher de hace un par de temporadas nunca hubiese dejado a Alonso entrar por donde entró cuando se enfrentaron tras salir el español de boxes. En otra época hubiese cerrado la puerta, y que sea lo que Dios quiera, y sobre todo en la primera carrera de la temporada. Sin embargo, Schumacher aflojó, prefirió ser segundo, antes que terminar fuera, mientras que Fernando entró a por todas. «Cuando vi que no hacía gesto de volver el volante para cerrar la puerta me dije, éste ya está superado, y le empujé un poco hacia fuera largando la trayectoria», dijo Alonso en aquella ocasión.
Cuesta abajo
El alemán tuvo un error impropio de él en Australia y salió por la puerta de atrás del circuito, sin quitarse ni el casco para que no se viera su cara, atravesando el box de su hermano en Toyota, para llegar el refugio de Ferrari, donde comienzan a preparar la llegada de Raikkonen, si es que éste no acepta los 25 millones de dólares que le ofrece McLaren, y opta por ir a la escudería italiana, para no ser compañero de Alonso. En Malasia, Alonso se lanzó a por todas para superar a los Williams. «Cuando corté la primera curva fue un poco un viaje a lo desconocido, y casi toco al Williams, pero había que jugársela», dijo Alonso. Dos maniobras que le dieron 18 puntos, o que podían haberle dejado fuera, pero se la jugó. Esa es la diferencia entre Alonso y Schumacher a día de hoy, y con ese planteamiento, el alemán está, salvo debacle de Alonso, descartado en la lucha por el título. El único capaz de batallar con el asturiano será Raikkonen, pero el finlandés, a lo largo del año, comete demasiados errores, pequeños, pero que le cuestan tiempo, como el de Australia en la primera vuelta, que le dejó un coche poco competitivo al dañar el alerón delantero en un toque con Button.
Esas cosas que parecen insignificantes marcan la diferencia entre un campeón y el que no los es. El número 1 ha de ser perfecto y no cometer errores, caso de Alonso. Raikkonen es rápido y fuerte mentalmente, por la frialdad de su carácter en los circuitos, pero después, fuera, cambia bastante y anda subido por mesas de los clubes nocturnos de vez en cuando. Pero la lucha interna en McLaren favorece también a Fernando. Ya se pudo ver en Australia los dos McLaren estorbándose mientras Fernando se iba hacia delante.