Miles de fieles acuden al primer aniversario de la muerte de Juan Pablo II
Se calcula en unas cien mil o ciento veinte mil las personas que pueden pasar por El Vaticano
Actualizado:Las autoridades de Roma esperan la llegada de miles de personas para asistir en la plaza de San Pedro a los actos conmemorativos del primer aniversario de la muerte de Juan Pablo II.
El prefecto de la ciudad Achille Serra estima que del extranjero y de otras regiones de Italia llegarán entre cincuenta y sesenta mil personas a las que se unirán un número similar de romanos, por lo que calcula en unas cien mil o ciento veinte mil las que pueden pasar por El Vaticano.
Serra ha indicado que no se esperan graves problemas de orden público en una ciudad acostumbrada a atender a decenas de miles de turistas diariamente y que ya el año pasado, con motivo de la muerte de Juan Pablo II, dio muestras de su capacidad cuando la afluencia de público, según algunos cálculos, fue de tres millones de personas.
Todo preparado
El Ayuntamiento de Roma ha preparado ya los servicios necesarios para ayudar a los visitantes, que van desde la distribución de agua en las proximidades de San Pedro, para lo que tienen un depósito de 70.000 botellines, hasta la colocación de urinarios públicos.
Novecientos voluntarios trabajan en diversos "puntos clave" de la ciudad, como las estaciones ferroviarias, las de metro o los alrededores de la basílica de San Pedro. También se ha desplegado un puesto médico, se han dispuesto quince ambulancias y se ha reformado el servicio de bomberos.
La seguridad está en manos de la Policía de estado y los carabineros que controlan los accesos a la calle de la Conciliación, principal vía de acceso a San Pedro, así como a los alrededores de la Basílica.
Los primeros peregrinos y curiosos llegaron ayer a Roma y la fila para visitar la tumba de Juan Pablo II tenía a medida mañana del sábado una espera de quince minutos.
El mayor grupo de fieles se espera de Polonia, de donde se calcula pueden llegar unos cinco mil peregrinos, según fuentes de la comitiva procedente de ese país, aunque mañana, fecha del aniversario, es cuando se espera la mayor afluencia de personas.
Vigilia nocturna
Decenas de miles de fieles junto al Papa Benedicto XVI recordarán a Juan Pablo II con una vigilia nocturna en la que se entonarán cantos y se recitará el rosario. Los actos en homenaje al fallecido Pontífice se cerrarán mañana lunes con una misa solemne en la Plaza de San Pedro. Las ceremonias de estos días servirán para para que los fieles reclamen, como en los días posteriores a su muerte, que Juan Pablo II sea proclamado Santo lo antes posible. España también se sumará a los homenajes con celebraciones litúrgicas y un multitudinario encuentro de jóvenes en la Plaza Colón en Madrid.
La diócesis de Roma ha organizado esta noche una vigilia nocturna que comenzará sobre las 20:30 horas con el coro de la diócesis de Roma, que interpretará cantos marianos y a continuación se leerán lecturas y textos de Juan Pablo.
A las 21.00 horas el Papa Benedicto XVI se asomará a la ventana del Palacio Apostólico para acompañar el rezo del rosario que estará presidido por el cardenal Camillo Ruini, Vicario General del Papa para la capital italiana, repitiendo así la escena de aquel 2 de abril cuando miles de fieles se reunieron en la Plaza de San Pedro para rezar juntos en los minutos finales de la vida del pontífice polaco.
A las 21:37, hora exacta de la muerte de Karol Wojtyla, el Pontífice pronunciará una oración e impartirá la bendición apostólica. Mañana, Benedicto XVI presidirá sobre las 17:30 horas en la Plaza de San Pedro una misa solemne en memoria del Pontífice.
El Papa siempre ha tenido muy presente la figura de Juan Pablo II en todas sus ceremonias, recordando sus lecturas y destacando los logros de su Pontificado. En su última visita, el pasado domingo, a una parroquia romana, Benedicto XVI leyó la última catequesis preparada por Wojtyla, que tenía previsto pronunciar el 3 de abril, pero murió una noche antes.
Sus palabras, consideradas su testamento, se refieren a la crisis que atraviesa la humanidad "que algunas veces parece perdida y dominada por el poder del mal, el egoísmo y el temor; el Señor resucitado ofrece el regalo de su amor que perdona, reconcilia y abre el alma a la esperanza. Es un amor que cambia corazones y trae la paz".