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El rechazo al CPE une a la izquierda

F. I./PARÍS
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El rechazo al Contrato Primer Empleo (CPE) une como una piña a la izquierda francesa. Desde los radicales hasta los trotskistas, pasando por los ecologistas y los movimientos alternativos, toda la gran familia rosa-roja-verde compareció ayer junta en una demostración de fuerza inédita. La anterior cumbre de la izquierda gala había tenido lugar el pasado 8 de febrero en los salones de La Mutualité, en París. Pero entonces faltó la Liga Comunista Revolucionaria LCR), presente en esta ocasión.

Horas antes de la alocución presidencial, los líderes de las once formaciones firmantes de un manifiesto unitario pidieron «solemnemente» a Jacques Chirac la retirada del CPE para iniciar negociaciones con los sindicatos. «En vista de las condiciones de su elección en 2002, asumiría una grave responsabilidad promulgando la la ley. Sería un golpe de fuerza inaceptable», advirtieron en alusión al síndrome del 21 de abril.

Aquel día de va a hacer cuatro años el neofascista Jean Marie Le Pen se calificó para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 16,8% de los votos por detrás de Chirac, que cosechó el peor resultado (19,9%) de un presidente saliente. En la ronda decisiva salió reelegido con el 82,2% de las papeletas, en buena parte depositadas en las urnas por simpatizantes de izquierda, todavía con mala conciencia.

«El 80% del país que lo eligió está en la calle. Si no lo ha comprendido es que ya no es el presidente de todos los franceses, sino de una parte pequeñita», observó Yann Wehrling, jefe de filas de Los Verdes. Los últimos sondeos sólo otorgan a Chirac un 20% de opiniones favorables de sus conciudadanos, el peor índice de popularidad registrado jamás por un presidente de la V República, fundada en 1958 por el general De Gaulle.

El manifiesto izquierdista atribuye a la mayoría de centro-derecha el objetivo de «ir hacia el desmantelamiento del código de trabajo y la desaparición de los contratos de duración indefinida». «La obstinación del Gobierno, las repetidas declaraciones provocadores de sus miembros son irresponsables y favorecen un clima deletéreo», escriben antes de llamar a la jornada de huelgas del martes.

Un Gobierno ilegítimo

Pero la unidad de acción no es perfecta. Mientras la LCR reclama la salida de un «Gobierno ilegítimo», los socialistas plantean que la crisis es social y no política. «La izquierda no persigue intereses partidistas: no es el tiempo de las elecciones, es el tiempo de la responsabilidad», señaló François Hollande, primer secretario del PS. «No pedimos ninguna dimisión salvo la dimisión del CPE», remachó.