La esperada resurrección
Actualizado:En el Mundial del 90, que vieron todos los españoles porque por entonces no existía la Sexta, ni el analógico, ni tantas cosas raras, se dio a conocer Michael Robinson. Junto a él comentaba los partidos un tal Luis Fernández que a mí, particularmente, me encantaba. Este periodista también era el encargado de dar las crónicas del Cádiz, cuando los amarillos estaban en Primera. Un día le oí decir que «el Cádiz es el equipo andaluz que todas las primaveras va buscando una escalera para escapar de su cruz, que es la Segunda División». Era una forma sutil y hermosa de decir que el Cádiz acababa resucitando todos los años por estas fechas.
Un simple vistazo a la clasificación de la Primera División deja bien a las claras que los amarillos están pasando su particular vía-crucis en esta Cuaresma tan problemática. Cargar lo que se dice cargar están cargando con la cruz de tener una plantilla limitada y aunque el capataz, que no tiene toda la culpa, hace esfuerzos en los ensayos previos, lo cierto es que después las cosas no salen como tienen que salir, o como ellos quieren que salgan.
Sea como sea se aproximan unos días de Pasión que tendrán su particular preludio el próximo Domingo, precisamente de Pasión, en tierras valencianas. Y el Domingo de Ramos a pedirle a la afición humildad y paciencia ante un Betis que también está viviendo su particular calvario y a sumar en casa que es donde está la clave para la futura ascensión.
Si todo sale bien, el siguiente domingo en Zaragoza, tierra mariana por excelencia, el Resucitado deberá haber consumado su ascensión en un lugar llamado Romareda. Ese es el fin de todo, la Resurrección. Y el anhelo de todos los gaditanos ver a su Resucitado superar las trabas que le vayan poniendo en el camino y estar donde tiene que estar.