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De izquierda a derecha Solana y los ministros de Exteriores de China, Dai Bingguo; Rusia, Lavrov; Francia, Douste-Blazy, y Alemania, Steinmeier. / AP
MUNDO

La ONU traslada a Irán un mensaje de unidad para que abandone sus ambiciones nucleares

Las grandes potencias representadas en el Consejo de Seguridad se muestran firmes en Berlín aunque reiteran su llamamiento al diálogo

ENRIQUE MÜLLER/CORRESPONSAL. BERLÍN
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El mensaje que ayer enviaron a Irán desde Berlín los representantes de las cinco grandes potencias con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, incluida Alemania, fue firme aunque al mismo tiempo conciliador. La república islámica debe abandonar su programa de enriquecimiento de uranio a más tardar en un plazo de 30 días, o de lo contrario será reducida a la condición de paria en el seno de la comunidad internacional.

Las cinco mayores potencias del planeta y Alemania admitieron, sin embargo, que Irán puede volver a la mesa de negociación si acepta las condiciones estipuladas en la llamada «declaración presidencial», aprobada la noche del miércoles por el el Consejo de Seguridad en Nueva York, en la que se exige al país persa poner fin a su programa de enriquecimiento de uranio.

«Irán deberá decidirse entre participar en el concierto de las naciones o someterse a un aislamiento voluntario si prosigue con su programa nuclear. Hacer oídos sordos a la voluntad expresada de la comunidad internacional, o regresar al diálogo», dijo el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank Walter Steimeier, al cabo de un encuentro en el que participaron los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China, además del Alto Representante de Política exterior y seguridad de la UE, Javier Solana.

«Todos esperamos que Irán acepte la oferta de reiniciar las negociaciones y aprovechamos la oportunidad para solicitar nuevamente que suspenda todas las actividades encaminadas al enriquecimiento de uranio. Si elige el camino de la confrontación su aislamiento será completo», insistió el ministro alemán.

La cumbre informal de Berlín se realizó poco después de que el Consejo de Seguridad aprobara la declaración presidencial, el máximo grado de acuerdo que la diplomacia de EE UU y la Unión Europea lograron arrancar a Rusia y China y un documento calificado por el ministro Steinmeier y por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, de clara «señal de unidad» de la comunidad internacional. «Proyectamos una imagen de identidad y al mismo tiempo de común preocupación» respecto al problema, destacó el ministro alemán.

La secretaria de Estado estadounidense indicó a su vez que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas puso el énfasis en que el documento plantea un frente unido e indivisible para exigir a Irán que deponga su actitud nuclear y acepte nuevamente a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Una señal

«El mensaje que encierra la declaración del Consejo debe ser para Irán una señal muy fuerte que apunta a la negociación como el camino adecuado y no a la confrontación», insistió la secretaria de Estado norteamericana.

Pero Rice y sus colegas de Francia, China, Rusia, Reino Unido y Alemania no lograron, sin embargo, ponerse de acuerdo sobre la naturaleza de las acciones a emprender en el caso de que Irán no se doblegue a las nuevas presiones del alto organismo.

El ministro británico, Jack Straw no descartó en este sentido la posibilidad de que en el medio plazo pueda aprobarse una resolución legal vinculante, si Irán no cumple, que contemple el aislamiento del país persa como exigencia común derivada de la declaración presidencial. Una posibilidad que franquearía el paso a nuevas medidas sancionadoras contra Teherán. «De las palabras, pasaríamos a los hechos», advirtió Straw al admitir la hipotética naturaleza del cambio de humor. «Hasta ahora, hemos demostrado mucha paciencia. Irán se equivoca en sus cálculos si cree que puede lograr la división de la comunidad internacional», añadió el ministro británico.

Su colega ruso, Sergei Lavrov, matizó un poco más al reiterar que su país y China no tolerarían una reacción militar contra Irán. «Cualquier idea destinada a resolver el problema con el empleo de la fuerza es contraproducente», sentenció el ministro ruso.

Para que no quedaran dudas, el viceministro chino, Dai Binguo, añadió que la «fuerza» para acabar con la amenaza nuclear iraní sólo traería aún más incertidumbre a la región más inestable del mundo.