MADRID. Rajoy recibe los aplausos de miembros del grupo parlamentario popular. / EFE
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El Gobierno sostiene que la reforma pone de manifiesto que no se rompe España

La vicepresidenta asegura que el nuevo Estatuto «fortalece la Constitución»

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El Gobierno consideró que la reforma del Estatuto de Cataluña ha puesto de manifiesto que los temores del PP sobre «la quiebra del Estado o de la ruptura de España» no eran más que una «añagaza». La vicepresidenta primera defendió el texto en el Congreso porque no sólo es «plenamente conforme» a la Constitución sino que la «fortalece». Fernández de la Vega pronosticó además que los populares y ERC se arrepentirán de su rechazo «muy pronto» y querrán «tener el honor de haberlo votado».

La vicepresidenta protagonizó una intervención de corte técnico y estilo administrativo que no enardeció, ni mucho menos, a los socialistas, que esperaban otro discurso más vibrante. Sostuvo que el proyecto aprobado era «un excelente Estatuto para Cataluña y, como ley orgánica, una excelente ley de Estado». La reforma, añadió, reconoce «la identidad» de Cataluña, «aumenta» el autogobierno y «mejora» la calidad al servicio de los intereses de los ciudadanos. Desmonta asimismo, prosiguió, el planteamiento del PP, al que no citó, de que era «inconstitucional» o «una reforma encubierta de la Constitución», y recordó que el Tribunal Constitucional «ha confirmado» que los argumentos del partido opositor carecían de fundamento.

De La Vega subrayó que «el acuerdo» que ha guiado las negociaciones ha sido «la mejor argamasa» para futuras reformas estatutarias. Garantizó que el texto «tanto en su espíritu como en su letra es plenamente conforme a la Constitución» y destacó que cada uno de los 223 artículos y las disposiciones adicionales «han pasado el cedazo del examen crítico» de la Comisión constitucional. En consecuencia, concluyó, la reforma «respeta y fortalece» la Carta Magna y pone en evidencia que «no hay lugar para la añagaza de la quiebra del Estado o de la ruptura de España».

«Estabilidad»

La número dos del Ejecutivo señaló también que los techos de autogobierno y los principios de financiación logrados por Cataluña son «plenamente generalizables» al resto de las autonomías. La reforma, abundó, dará «estabilidad» al sistema autonómico y «dejará una especial huella» en la historia de España, de Cataluña y de «nuestra democracia parlamentaria».

Terminó su discurso con la evocación de una frase de Amadeu Hurtado, uno de los ponentes del Estatuto de 1932, que también utilizó Miquel Roca en el de 1979: «tengo la absoluta seguridad de que dentro de muy poco tiempo, menos del que todos pensamos, los que hayan votado el Estatuto y los que no lo hayan votado, querrán tener todos el honor de haberlo votado».

La intervención fue premiada con una ovación discreta de los diputados del PSOE, muy distinta de la atronadora aclamación que cosechó horas después el portavoz socialista. Pérez Rubalcaba levantó a los parlamentarios gubernamentales de sus asientos cuando denunció «la catalanofobia exacerbada» del PP, que llega al punto de negar «la identidad catalana». Este sentimiento, dijo, ha llevado al partido opositor a poner en marcha una estrategia «catastrofista» con denuncias sobre el riesgo de «balcanización» de España.

Rubalcaba defendió la constitucionalidad «de la 'a' a la 'z'» de la reforma estatutaria y alentó a Mariano Rajoy a que «por favor» recurra el texto ante el Tribunal Constitucional una vez que sea aprobado en referéndum en Cataluña. «No saben las ganas que tenemos de ver ese recurso y su sanción final», dijo entre los aplausos de su correligionarios.

El dirigente socialista recriminó a Rajoy que cometiera la «vileza» de decir que la reforma estatutaria catalana era «un traje para ETA» o que es «el plan Ibarretxe sin pistolas», acusaciones que el líder opositor no lanzó ayer, pero que los dirigentes populares han manejado en otras ocasiones.

Rubalcaba reprochó además al presidente del Partido Popular sus cambios de talante ya que tras la reunión que mantuvo el pasado martes con José Luis Rodríguez Zapatero a propósito del alto el fuego de la organización terrorista se mostró conciliador, mientras que ayer optó por recuperar el discurso más beligerante contra el jefe del Ejecutivo.

Por último, el portavoz del PSOE precisó en su intervención que la aprobación del Estatuto catalán implica que «no vamos a reconocer a Cataluña como una nación ni vamos a votar a favor de su secesión».