ECLÉCTICO. El montaje recorre estilos y autores de sorprendente diversidad. / LA VOZ
Cultura

La Compañía Nacional de Danza lleva al Falla el espíritu de la cultura haitiana

'Rassemblement', 'Castrati' y 'Por vos muero' serán los tres espectáculos que interpretarán hoy y mañana los bailarines bajo la dirección de Nacho Duato

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cumpliendo con su cita anual, la Compañía Nacional de Danza (CND) vuelve hoy al Gran Teatro Falla para presentar tres de los espectáculos que más aplausos han cosechado por todo el mundo. Bajo las órdenes del bailarín, coreógrafo y director de la CND desde 1990 Nacho Duato, los bailarines del antiguo Ballet Nacional de España Clásico presentarán un programa basado en la cultura haitiana y la música antigua española de los siglos XVI y XVII en unos montajes titulados Rassemblement, Castrati y Por vos muero.

El espíritu popular haitiano estará presente en Rassemblement, espectáculo amenizado con un grupo de canciones que la compositora y cantante Toto Bissainthe dedica a su tierra, Haití. En ellas se trata sobre los esclavos atraídos por el culto vudú; se habla de su vida cotidiana, el su-frimiento del exilio y el anhelo de África, más como tierra mítica de libertad que como lugar geográfico. Expresan su resistencia al colonizador, su política, religión, cultura y lengua.

Las composiciones de Toto Bissainthe cantan a todos los hombres, a través de las palabras de Haití y de sus sonidos tradicionales, reuniendo diversos estilos y abriéndose a una música contemporánea sin fronteras. Una interculturalidad que Duato despliega en su coreografía como un impresionante y conmovedor llamamiento sobre los derechos humanos.

Voces irrepetibles

A comienzos del siglo XVII una nueva forma musical, la ópera, eclosionaba en Italia. Para los castrati ofrecía muchas oportunidades por una sencilla razón: las mujeres no podían cantar en los teatros por lo cual, los primeros se convirtieron en insustituibles.

La castración antes de la pubertad facilitaba una capacidad vocal extraordinaria y un peculiar color en la voz, introduciéndose esta práctica en Europa a partir del siglo XVI. Fueron muy comunes dentro de las instituciones eclesiásticas y en los teatros hasta el siglo XVIII. Gozaron de gran prestigio, existieron escuelas de canto especiales para ellos y estaban muy bien pagados. El último castrato falleció en el siglo XX, hace sólo unas décadas, pero ahora Nacho Duato evoca de nuevo sus irrepetibles voces con la ayuda de la danza. Para el último de los tres espectáculos que se verán hoy y mañana en el Falla, Nacho Duato se ha inspirado en la música española de los siglos de oro que, junto con los bellísimos versos de Garcilaso de la Vega recitados por Miguel Bosé, sirven al coreógrafo como hilo conductor entre la lógica contemporaneidad de la danza y su referencia histórica.

En aquel tiempo las danzas formaban parte de la expresión del pueblo, en todos sus estratos, por lo que constituían un auténtico reflejo de la cultura de su tiempo. Así, este trabajo se ha configurado como homenaje al papel fundamental que la danza ocupaba entonces en la sociedad.