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AMENAZANTE. Stone ha rodado en Londres 'Instinto básico 2'.
Cultura

Sharon Stone vuelve a empuñar el picahielos

La actriz resucita trece años después a la novelista bisexual de 'Instinto básico', el 'thriller' que la convirtió en mito erótico

OSKAR L. BELATEGUI/
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«No me avergüenzo de mi pasado», dijo el actor David Du-chovny cuando la revista Playgirl publicó fotos de una temprana película suya en la que aparecía desnudo. «Sharon Stone abrió las piernas en una película y Francia le otorgó la Le-gión de Honor». La actriz tenía 34 años cuando Instinto básico (1992) la convirtió en estrella. Dotada de un coeficiente de inteligencia de 154, Stone ganó con 17 años el título de Miss Pensilvania, trabajó de cajera en un McDonald's y fue modelo de la agencia Ford antes de debutar en el cine de la mano de Woody Allen: aparece en los títulos de crédito de Recuerdos (1980) como «la chica bonita del tren».

El papel de Catherine Trammell, la escritora de best-sellers de misterio, bisexual y adicta al riesgo, que vampiriza a quienes le rodean para convertirles en material de sus libros, zanjó un indigno pasado cinematográfico con perlas como Loca academia de policía 4 y Sangre y arena, en cuyo rodaje español -se cuenta- los técnicos acabaron tan hartos de sus divismos que orinaron en su sopa. Paul Verhoeven ya ha-bía experimentado el magnetismo de la actriz en Desafío total, y jugó la carta del erotismo en un morboso thriller que en Estados Unidos se exhibió con las escenas más atrevidas censuradas. Casi cinco millones de espectadores españoles tragaron saliva en la célebre escena del interrogario policial.

Londres 'fashion'

Trece años después, Stone retoma su personaje más memorable, con permiso de Ginger McKenna, la prostituta que Martin Scorsese le brindó en la magna Casino. Ya no están Paul Verhoeven, ni Michael Douglas ni el guionista Joe Eszterhas.

Las colinas de San Francisco dan paso al moderno Londres de Norman Foster. A los 48 años, pocas actrices se atreverían a lucir su físico con tan poca falta de pudor. El director inglés Mi-chael Caton-Jones (Rob Roy, Chacal) sabe qué quiere ver el público de esta secuela.

Poco importa una intriga que arranca cuando el deportivo conducido por la novelista recorre a toda velocidad las calles de la capital británica y acaba en el fondo del Támesis. Su acompañante (el ex futbolista del Real Oviedo Stan Collymore en su debú actoral) muere en el accidente, y Scotland Yard sospecha de la escritora.

El psicólogo criminal de la Policía (David Morrissey) encargado de investigarla acabará tan hechizado como Michael Douglas y su célebre «polvo del siglo».

Los guiños de Instinto básico 2 al filme original incluyen picahielos y cruces de piernas. Al igual que Match Point, descubre un Londres de lo más fashion con escenarios como Canary Wharf, los bares más in del Soho y el espectacular Museo de Historia Natural en South Kensington.

La agotadora gira promocional de la actriz por las capitales europeas era un requisito previo para levantar expectación sobre un filme de producción británica que ha costado 70 modestos millones de dólares