Condenados a 20 años los dos etarras que atentaron contra la sede de Repsol

La Audiencia Nacional ha condenado a 20 años de cárcel a los miembros del "comando Txirrita" de ETA Imanol Miner y Mikel San Argimiro, por el atentado con coche-bomba perpetrado en 2002 contra la sede de Repsol-YPF, en el madrileño Paseo de la Castellana, que se saldó con graves daños materiales.

En su sentencia, la sección tercera de la Sala de lo Penal considera a ambos etarras autores de un delito terrorista de estragos, por el que les impone a cada uno 18 años de cárcel, y de un delito de robo, penado con dos años, por la sustracción del coche empleado en el atentado.

Además les condena a ambos a indemnizar con 669.000 euros a la Oficina de Asistencia a Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, con otros 358.411 euros a WIX Grupo Lar "por sustitución del muro cortina y estructura de escalera de incendio del edificio de su propiedad en el Paseo de la Castellana 280" y con 59.458 euros a Repsol-YPF por los daños en su sede. También deberán indemnizar a más de medio centenar de personas por las leves lesiones psicológicas que les provocó la explosión y por los daños ocasionados en sus vehículos y viviendas.

La Sala considera probado que los dos etarras, en compañía de su compañero Balbino Sáenz -preso en Francia- "dentro de la actividad que el comando desarrolla en la capital" inspeccionaron las inmediaciones del edificio de Repsol "para allí colocar un artefacto explosivo destinado a causar la mayor cantidad posible de desperfectos materiales y conscientes del riesgo que ello implicaba para la vida e integridad física de la personas".

Con ese objetivo, los terroristas prepararon una olla con explosivos en un piso franco de la organización, ubicado en la calle de Piamonte, y después sustrajeron un vehículo "Ford Fiesta" que se encontraba aparcado en la calle de Manresa para colocar en el maletero el artefacto explosivo. Tras esta operación, el 22 de abril de 2002 trasladaron el coche-bomba hasta la entrada del aparcamiento del edificio de Repsol, donde lo dejaron aparcado en batería con su parte trasera mirando hacia el inmueble.

Después huyeron de la zona en un "Renault 19", que condujo hasta el lugar de los hechos Mikel San Argimiro, y, tras dejarlo en el barrio del Pilar, se dirigieron en un taxi al barrio de Chueca desde donde llamaron con un móvil al teléfono de emergencias 112 para avisar de la colocación del coche-bomba. El artefacto estalló sobre la una de la madrugada del 22 de abril y sólo causó cuantiosos daños materiales y algún cuadro de ansiedad entre las personas que se encontraban próximas al lugar de la explosión.

Miner y San Argimiro han sido ya condenados a 253 años y nueve meses de prisión por la explosión de un coche-bomba en las cercanías del Santiago Bernabeu, en mayo de 2002, coincidiendo con un partido entre el Real Madrid y el Barcelona; y a 108 y 118 años de cárcel, respectivamente, por el intento de atentar contra policías y dos ex ministros del Gobierno.