Dani Sordo: «Mi madre me dice que no corra demasiado»

Cómodo y relajado, Dani Sordo era la personificación de la alegría. Su segundo puesto en el Rally de Cataluña ha confirmado que el piloto de Torrelavega es rápido, muy rápido, y que puede llenar el hueco dejado por Carlos Sainz en el mundo de las carreras. Sin embargo, Sordo no quiere alzar la voz para demostrar su gozo o para quejarse con su situación. Su cuarto en México y su segundo en las carreteras tarraconenses no le aseguran que complete el Mundial con los mayores. «Es una cuestión de más dinero», comentó Sordo, quien analizó los pormenores de la prueba catalana y el siguiente rally en Córcega.

Pero su acto de precocidad, sólo tiene 22 años, ha hecho que ya se empiece a hablar de él como el hombre a seguir en el Mundial durante los próximos años. Y las comparaciones con Carlos Sainz y con el actual campeón y compañero de equipo en el Kronos Citröen, Sebastien Loeb, tampoco han tardado en surgir. «No me asusta que me comparen con Carlos», indicó el torrelaveguense, que no paró de alabar a su compañero galo en la sede de su patrocinador. Sordo explicó que mantiene una gran relación con Loeb, que es una persona con la que se puede hablar con facilidad de los problemas y mejoras de su Citröen Xsara WRC.

Un triplete

Una sintonía que se incrementa por la manera que tienen los dos de conducir. «Somos muy lineales, buscando no tirar el coche». Pero el buen rollo y los resultados no van a cambiar el status quo dentro del equipo. El jefe es Loeb y Sordo lo asume con naturalidad. «En algún tramo me dieron un toque por si acaso», dijo risueño. Además, el propio campeón del mundo le pidió, medio en broma medio en serio, que no le apretara en el rally de Córcega.

En casa, Citröen quiere el triplete. Con Loeb motivado y Sordo y Pons madurando en la competición, la marca francesa quiere arrasar. El Xsara ha demostrado que en las pruebas sobre asfalto se mueve como pez en el agua y que su resistencia es mayor que la de sus competidores. Dentro de quince días, Sordo espera repetir puesto en una carrera que le gusta mucho porque es un trazado «más de piloto». «Tiene menos rectas y más curvas que Cataluña», indicó Sordo, quien alcanzó una velocidad punta de 206 km/h en las carreteras españolas.

Unas velocidades, logradas en carreteras de cuatro metros de ancho, que no asustan a Sordo. «Cuando me pongo el casco y el mono y me meto en un coche de competición, me olvido de todo», confesó, a pesar de las prudentes palabras de sus padres. «Mi madre siempre me dice que vaya tranquilo y que no corra mucho», bromeó. De momento, la primera posición, si el francés no tiene problemas, está vetada. Sabe que esta temporada de es de aprender, una transición para 2007, cuando las grandes marcas vuelvan al campeonato. Entonces, a lo mejor, podrá adelantar a Loeb.