«Hemos tenido las terrazas llenas todo el fin de semana»

Aunque ayer quedaba algún grupo pequeño de rezagados, los moteros abandonaban El Puerto el pasado domingo. Con ellos se marchaba también un fin de semana de total actividad para todos los sectores de El Puerto. El cierre del centro a la circulación motivó que algunas motocicletas se dieran la media vuelta y prefirieran Jerez para hacer sus acrobacias y espectáculos. Pero, según pudo valorar ayer este medio con algunos hosteleros de la zona de la Ribera, el volumen de negocio se mantuvo con respecto al registrado otros años. Aunque, como ocurre siempre en estos casos, nunca llueve a gusto de todos y también se registraron críticas.

«Nosotros estamos muy contentos», explicaban en Casa Paco Ceballos, local histórico de la Ribera del Marisco. «Hemos cumplido nuestras previsiones a pesar del cierre». El encargado de este local se mostraba «satisfecho» con la caja que había obtenido. «La terraza ha estado llena todo el fin de semana». En la misma línea se pronunciaba el pasado fin de semana el propietario de Romerijo, José Antonio Romero.

Este establecimiento de marisco y pescado frito tiene el indiscutible liderazgo de todo el fin de semana. «A diferencia de otros años, nuestro servicio ha podido trabajar más tranquilo». Según explicaba, Romerijo registra en tres días más que en cualquier fin de semana de agosto o de Semana Santa.

Por su parte, Verónica Jiménez de Mesón Ibérico, en la plaza de las Galeras, también veía como «un éxito» la convocatoria de su local. «Nosotros hemos gastado 700 litros de cerveza».

El punto de vista más negativo lo han puesto aquellos negocios a los que se les ha negado colocar las barras en el exterior. Este es el caso de la cafetería que tiene La Perla en la Ribera. Ayer, todavía se podían ver cajas y barriles de bebidas que habían quedado sin venderse.

Sin mostradores

Como explicaba una de sus trabajadoras, el cierre de circulación de las motos les ha supuesto a ellos unas pérdidas de ingresos de más de un 50%. Los moteros no se concentraban en la calle para ver las acrobacias de sus 'compañeros' sino que paseaban y se repartían entra más locales.